SOIS TESTIGOS DE LOS CAMBIOS QUE OS RODEAN
Domingo, 31 de octubre de 2021 2:10 - 2:41 pm (31m) En la iglesia
Cuando hago un lío en las cosas, Tú me consuelas. Por favor, Señor, habla en voz alta. ¿Qué quieres que haga?
Oh, Amados hijos, anhelo vuestro Amor. Anhelo vuestra atención. Vosotros sois los más preciados para Mí, ya que sois Mis Amados Hijos. Confiad en Mi Amor por vosotros. No os traiciono, sino que os doy buenos regalos y me mantengo siempre a vuestro lado, como un Padre Amoroso y Protector.
Hijos del Corazón de Cristo, escuchadme, no sabéis lo que viene. No comprendéis la capacidad del pecado y del mal. No comprendéis las verdaderas profundidades de la pecaminosidad del hombre y en la (esta) ignorancia, aprenderéis una amarga lección. No anhelo vuestro sufrimiento, sino que me estremezco y lloro porque debéis afrontarlo. Lo mitigaré por Mis hijos en oración. Os daré Mi Paz y Mi guía. Yo os daré un socorro Vivificante y proveeré para vosotros.
Mis Hermosos hijos, orad. Incluso ahora, sois testigos de los cambios que os rodean. Cuando vuestros ojos están abiertos, veis la oscuridad que se cierne sobre esta Tierra. Cuando estáis ciegos, no podéis ser advertidos de lo que viene. Por lo tanto, muchos de Mis Hijos Ciegos se asombrarán de la manera más grave, porque se negaron a escuchar y se negaron a ver y no creyeron.
Lloro, Hijos Míos. No quiero que sufráis, pero el Hombre corre hacia el perjuicio libremente, casi con júbilo.
¡Mis Hermosos hijos, rechazad a Satanás y todas las mentiras que está diciendo a este Mundo! Él confunde a Mis Hijos, y en vuestra debilidad, sois fácilmente descarriados. Hijos Míos, os he hecho a Mi Imagen. Vuestro Señor Dios y Padre es Todo Santidad, Gracia y Todopoderoso. Yo soy el Creador de todo lo que veis y no veis. He hecho todas las cosas conocidas y desconocidas al Hombre. Os he dado, Mis Amados Hijos, Mis Constantes Bendiciones y Gracias, y para salvaros, envié a Mi Amado Hijo, el Señor Jesucristo, para que viváis en la Eternidad conmigo Mismo.
Mis Amados Hijos, esta tormenta que vosotros experimentáis es cada vez peor. Enfrentaréis enfermedades que se llevarán a millones de personas. Se volverán dañinas y más poderosas, no porque vuestro Amado Señor Dios lo haya considerado como tal, sino porque el Hombre mismo ha pensado que puede superar a su Hacedor. No puede, y este triste esfuerzo se ha convertido en la mancha de muerte en este Mundo. No dudéis, Hijos Míos, sino orad. Orad, para que los ojos de Mis Amados Hijos se abran a Mi Misericordia y Amor.
Oh, Hijos, el hombre hará más para perjudicar a este Mundo. El Hombre hará que millones se mueran de hambre. El desequilibrio que crea el Hombre en este Mundo causará tormentas anormales y que las tierras se muevan violentamente y los animales mueran o devasten las tierras donde crece la comida. Hijos, el Mundo tal como lo veis hoy cambiará enormemente mañana.
¡Oh, Hijos, creedme cuando os digo, ¡orad! Orad, Hijos Míos, y manteneos muy cerca de vuestro Padre Amoroso. Dejad que Mi Amado Hijo, Cristo Jesús, fusione Su Divino Corazón con el vuestro mediante la oración constante y el Amor inquebrantable.
Satanás y sus secuaces atacan este Mundo en su conjunto e individualmente. Existe un aire de muerte para la Humanidad. Los hombres pierden la cabeza todos los días y tienen sed de sangre con la muerte de inocentes. Las familias se despedazan y los lazos del matrimonio que he bendecido con Mi Divinidad se desbaratan, una y otra vez. Los niños son alejados de Mí y el Mundo busca riquezas, bonanza y estima, en lugar de santa sabiduría y devoción a Cristo.
Y este Mundo de Muerte rehúye a Mi Amado Hijo, el Señor Jesucristo, y así crecen más las tinieblas por toda la Tierra y la Tierra vomita su consternación.
Oh, Hijos, cuán desequilibrado y frágil se ha vuelto este Mundo. Si abandonarais todo lo que es temporal y profano, la Justicia Divina sería moderada. Mis Amados Hijos no creéis. No creéis en Mi Amor, que es todo Misericordia, Santo y Bueno. Mi Amor por vosotros es profundo y no entenderíais ni comprenderíais su estructura hasta que partáis de este Mundo.
Queridos hijos, los medios por los que vivís cambiarán. Las tierras se alterarán. La gente será abrumada y engañada por la Muerte. El Mundo caerá en un caos amargo, tan amargo que Mis Amados Hijos buscarán refugio y descanso donde primero sea que lo encuentren. No os dejéis engañar por la falsa paz que os exigirá todo de vosotros para que disfrutéis de los frutos de sus esfuerzos.
Vuestro Señor Dios infunde una Paz Amorosa dentro de vuestros Corazones, una paz que no se ve alterada por lo que ocurre dentro de este Mundo. Mi Amor os rodea de gracias y paciencia para soportar el sufrimiento. No tengáis miedo y confiad en vuestro Padre Amoroso. Será un tiempo asombroso y terrible, pero podréis capear esta tormenta Amando y confiando en Mí con constancia.
Amados Hijos, orad por Mis Amados Siervos que se apartan de Mí, orad por sus Almas y orad para que permitan que Mi Gracia les vuelva a abrir los ojos.
Amados Hijos, confiad y encontrad la Paz dentro de Mi Sagrado Corazón. Llamadme y Mi Corazón se fusionará instantáneamente con el vuestro.
Confiad, como un niño confía en su padre. No le fallo a Mis Amados Hijos. Confiad, Hijos Míos, y orad. Os doy Mi Paz. Paz, Hijos. Paz.
Domingo, 31 de octubre de 2021 2:10 - 2:41 pm (31m) En la iglesia
Cuando hago un lío en las cosas, Tú me consuelas. Por favor, Señor, habla en voz alta. ¿Qué quieres que haga?
Oh, Amados hijos, anhelo vuestro Amor. Anhelo vuestra atención. Vosotros sois los más preciados para Mí, ya que sois Mis Amados Hijos. Confiad en Mi Amor por vosotros. No os traiciono, sino que os doy buenos regalos y me mantengo siempre a vuestro lado, como un Padre Amoroso y Protector.
Hijos del Corazón de Cristo, escuchadme, no sabéis lo que viene. No comprendéis la capacidad del pecado y del mal. No comprendéis las verdaderas profundidades de la pecaminosidad del hombre y en la (esta) ignorancia, aprenderéis una amarga lección. No anhelo vuestro sufrimiento, sino que me estremezco y lloro porque debéis afrontarlo. Lo mitigaré por Mis hijos en oración. Os daré Mi Paz y Mi guía. Yo os daré un socorro Vivificante y proveeré para vosotros.
Mis Hermosos hijos, orad. Incluso ahora, sois testigos de los cambios que os rodean. Cuando vuestros ojos están abiertos, veis la oscuridad que se cierne sobre esta Tierra. Cuando estáis ciegos, no podéis ser advertidos de lo que viene. Por lo tanto, muchos de Mis Hijos Ciegos se asombrarán de la manera más grave, porque se negaron a escuchar y se negaron a ver y no creyeron.
Lloro, Hijos Míos. No quiero que sufráis, pero el Hombre corre hacia el perjuicio libremente, casi con júbilo.
¡Mis Hermosos hijos, rechazad a Satanás y todas las mentiras que está diciendo a este Mundo! Él confunde a Mis Hijos, y en vuestra debilidad, sois fácilmente descarriados. Hijos Míos, os he hecho a Mi Imagen. Vuestro Señor Dios y Padre es Todo Santidad, Gracia y Todopoderoso. Yo soy el Creador de todo lo que veis y no veis. He hecho todas las cosas conocidas y desconocidas al Hombre. Os he dado, Mis Amados Hijos, Mis Constantes Bendiciones y Gracias, y para salvaros, envié a Mi Amado Hijo, el Señor Jesucristo, para que viváis en la Eternidad conmigo Mismo.
Mis Amados Hijos, esta tormenta que vosotros experimentáis es cada vez peor. Enfrentaréis enfermedades que se llevarán a millones de personas. Se volverán dañinas y más poderosas, no porque vuestro Amado Señor Dios lo haya considerado como tal, sino porque el Hombre mismo ha pensado que puede superar a su Hacedor. No puede, y este triste esfuerzo se ha convertido en la mancha de muerte en este Mundo. No dudéis, Hijos Míos, sino orad. Orad, para que los ojos de Mis Amados Hijos se abran a Mi Misericordia y Amor.
Oh, Hijos, el hombre hará más para perjudicar a este Mundo. El Hombre hará que millones se mueran de hambre. El desequilibrio que crea el Hombre en este Mundo causará tormentas anormales y que las tierras se muevan violentamente y los animales mueran o devasten las tierras donde crece la comida. Hijos, el Mundo tal como lo veis hoy cambiará enormemente mañana.
¡Oh, Hijos, creedme cuando os digo, ¡orad! Orad, Hijos Míos, y manteneos muy cerca de vuestro Padre Amoroso. Dejad que Mi Amado Hijo, Cristo Jesús, fusione Su Divino Corazón con el vuestro mediante la oración constante y el Amor inquebrantable.
Satanás y sus secuaces atacan este Mundo en su conjunto e individualmente. Existe un aire de muerte para la Humanidad. Los hombres pierden la cabeza todos los días y tienen sed de sangre con la muerte de inocentes. Las familias se despedazan y los lazos del matrimonio que he bendecido con Mi Divinidad se desbaratan, una y otra vez. Los niños son alejados de Mí y el Mundo busca riquezas, bonanza y estima, en lugar de santa sabiduría y devoción a Cristo.
Y este Mundo de Muerte rehúye a Mi Amado Hijo, el Señor Jesucristo, y así crecen más las tinieblas por toda la Tierra y la Tierra vomita su consternación.
Oh, Hijos, cuán desequilibrado y frágil se ha vuelto este Mundo. Si abandonarais todo lo que es temporal y profano, la Justicia Divina sería moderada. Mis Amados Hijos no creéis. No creéis en Mi Amor, que es todo Misericordia, Santo y Bueno. Mi Amor por vosotros es profundo y no entenderíais ni comprenderíais su estructura hasta que partáis de este Mundo.
Queridos hijos, los medios por los que vivís cambiarán. Las tierras se alterarán. La gente será abrumada y engañada por la Muerte. El Mundo caerá en un caos amargo, tan amargo que Mis Amados Hijos buscarán refugio y descanso donde primero sea que lo encuentren. No os dejéis engañar por la falsa paz que os exigirá todo de vosotros para que disfrutéis de los frutos de sus esfuerzos.
Vuestro Señor Dios infunde una Paz Amorosa dentro de vuestros Corazones, una paz que no se ve alterada por lo que ocurre dentro de este Mundo. Mi Amor os rodea de gracias y paciencia para soportar el sufrimiento. No tengáis miedo y confiad en vuestro Padre Amoroso. Será un tiempo asombroso y terrible, pero podréis capear esta tormenta Amando y confiando en Mí con constancia.
Amados Hijos, orad por Mis Amados Siervos que se apartan de Mí, orad por sus Almas y orad para que permitan que Mi Gracia les vuelva a abrir los ojos.
Amados Hijos, confiad y encontrad la Paz dentro de Mi Sagrado Corazón. Llamadme y Mi Corazón se fusionará instantáneamente con el vuestro.
Confiad, como un niño confía en su padre. No le fallo a Mis Amados Hijos. Confiad, Hijos Míos, y orad. Os doy Mi Paz. Paz, Hijos. Paz.
VUESTRAS ORACIONES DE AMOR SON UN BÁLSAMO PARA MIS HERIDAS
Viernes 8 de octubre de 2021 1:14 - 1:53 (39m)
Oh, Hijos Míos de Mi Divino Corazón, muchos de vosotros os apartáis de Mí diariamente. Estáis enredados en vuestras preocupaciones mundanas y diarias e ignoráis Mi solicitud de entrar en vuestros Corazones para guiaros y Amaros. Mi mayor deseo es redimir a todas las almas para que cada uno de Mis hijos esté conmigo en la eternidad.
¡Hijos, invitadme a vuestros Corazones! Invitadme a vuestra vida. Deseo ayudaros en todo. Deseo estar con vosotros y ser tomado en cuenta por vos y Amado por vos en cada momento de cada día. Dejad que Mis Manos envuelvan las vuestras mientras trabajáis. Dejad que Mis Santos Ojos os den Mi Visión para que todo lo que veáis sea virtuoso. Dadme vuestros oídos para que todos los sonidos sean en Glorificación de Dios.
Hijos, dejadme entrar y vuestras vidas cambiarán. Inclinaos hacia el Amor y conoced la paz que traigo a vuestros Corazones. No dejéis que vuestras bellas y preciosas almas se marchiten en las manos de este Mundo que anhela la muerte, el engaño y la separación de vuestro Dios más Amoroso.
Yo soy el Señor, Jesucristo, y por Mi Profundo Amor y compasión por cada uno de vosotros, soporté la degradación, las agonías y la muerte para redimiros. ¿Dudáis de Mi? ¿Dudáis de la eternidad o de la posibilidad de consecuencias y el infierno? No lo dudéis, porque estos son tan seguros y reales como las montañas que tenéis ante vosotros. ¡Son tan reales como los océanos que os rodean y el sol en el cielo y el suelo bajo vuestros pies!
Hijos, no os demoréis. No os apartéis de Mí. Llega tanto sufrimiento y la Serpiente se prepara para vuestra desolación. Oh, Hijos, miradme en todas las cosas. Volveos a Mí cuando tengáis miedo. Volveos a Mí cuando estéis confundidos. Volveos a Mí cuando dudéis o sintáis dolor, gozo o agradecimiento. ¡Volveos hacia Mí! ¿Por qué el hombre rechaza al Amor en su forma más pura y enorme? ¿Por qué rechazar lo bueno?
Hijos Míos, soy rechazado porque el Hombre ha permitido que el pecado se convierta en Su Maestro. En lugar de Amor, el Hombre siente odio. El hombre prefiere el pecado y desea las riquezas, la posición, la fama, la satisfacción de los placeres, la glotonería y más.
Lloro, Hijos Míos. Mi Corazón se hace añicos al saber lo que viene y lo que debe venir. ¿No veis las maquinaciones ya establecidas para causar estragos en el Hombre? Mis discípulos Amados y devotos serán marginados, difamados, brutalizados y silenciados. Ya estáis viendo el silencio impuesto a quienes Me Aman y, en ese Amor, sabed que lo negro se proclama blanco y lo blanco negro. Mis devotos Hijos ya sienten la fuerza de los vientos de esta tormenta. ¡Oh, Hijos Míos, ¡vos permitís esto porque vuestros ojos están cubiertos y no deseáis escuchar Mis Súplicas de Amor!
Amado Hombre, estáis hecho a Mi imagen. Soy Divinidad, Misericordia y Santidad. Hijos Míos, como en Mi Crucifixión, Me degradáis ahora. Me herís y me hacéis pedazos y hacéis que Mi Corazón adolorido sangre por vuestros actos ignominiosos y vuestro amor a la muerte.
Hijos, habéis cultivado un Mundo de Muerte en el que es aceptable e incluso se anima a destruir Mis Dones, a Mis Preciosas Florecitas. Cuán duros se han vuelto vuestros Corazones cuando podéis derramar la sangre de los inocentes sin titubear ni tener compasión ni gran tristeza. Incluso Mis Animales lloran por la muerte de sus cachorros.
Hijos Míos, este Mundo, como vosotros lo conocéis, será sofocado. En los años venideros, veréis que la muerte aumentará de millares a millares y a millares más. El Este atacará al Occidente como ladrones, irrumpiendo en una ciudad desprotegida. Hijos Míos, por vuestra falta de Amor y fe en Mí, por vuestro total rechazo de Mi Amor, soportaréis tiempos tan horribles.
Volveos a Mí en vuestras penas y aflicciones, e inmediatamente fusionaré vuestros Corazones con el Mío. Inmediatamente fusiono vuestros Corazones con el Mío. Inmediatamente envío a Mis Ángeles para que os apoyen. El Espíritu Santo vuela a vuestros Corazones para daros fuerza, perseverancia y devoción constante. ¡Solo, llamadme!
Hijos Míos, os digo estas cosas no para asustaros sino para prepararos para estos tiempos secos y desolados.
Fieles, orad y acudid a Mí todos los días. Pronto, los sacerdotes se perderán o serán vilipendiados por lo que las misas serán escasas o fraudulentas. Pronto, estos cielos se llenarán de un humo que arrasará con el sol. Hijos Míos, muchos serán borrados de esta Tierra y vosotros quedaréis atónitos por la magnitud de este cambio. Oh, Amados Hijos, os presiono contra Mi Corazón y espero vuestra Amorosa respuesta, pero muchos estáis callados. Demasiados se dedican a lo temporal o, peor aún, a lo malo. ¡Mirad las vulgaridades que asaltan vuestros ojos! ¡Escuchad a los irreligiosos contaminar Mi Santo Nombre!
¡Oh, hijos, aborrezco el pecado y por vuestras almas, no debéis transigir con el pecado! Adoradme con todo vuestro corazón y toda vuestra confianza. Vuestro Señor Jesucristo es cariñoso, gentil, compasivo y Amoroso.
No dudéis de Mi Amor por vosotros, especialmente cuando este Mundo esté sumido en el caos. Es entonces cuando se pondrá a prueba vuestro Amor, devoción y confianza. Orad sin cesar y confiad en Mí y os encontrarán superando con seguridad las ataduras que este Mundo os intentará arrojaros. Orad, Hijos Míos, y Yo os responderé con todo Amor.
Hijos Míos, no temáis. No confunda estas tragedias con abandono o rechazo. Soy un Dios de misericordia, pero no puedo soportar la pecaminosidad de este mundo. Dios debe ser adorado y vosotros sois más preciosos para Mí que el oro o cualquier otra cosa que el Hombre pueda considerar valiosa. Confiad en ese Amor. Confiad en que sois Preciosos para Mí y sabed que permito que esta tormenta purifique al Hombre y traiga a muchos de regreso a Mis Brazos. Espero, por un lado, temiendo la tormenta, pero (anticipando) la alegría que viene después. Y como una tormenta violenta que destruye y crea el caos, así el final resplandece con rocío, frescura y nueva Vida y luz.
Confiad en Mi. Orad por Mis Siervos. Muchos que se han descarriado sentirán el aguijón de su pecaminosidad. Orad por Mis Amados Siervos Fieles, porque ellos enfrentarán reprimendas, ignominia, calumnias y más, por su fe y Amor por Mí, el Señor Jesucristo. Sabed que camino con cada uno de ellos y comparto Mi Pasión con Mirada Amorosa y Corazón apaciguado.
Orad por aquellos que hacen avanzar las ciencias de la muerte, porque ellos matan a Mis Pequeñas Florecillas sin remordimiento y están deseosos de extender esa muerte a más y más.
Hijos Míos, no os abandono. Incluso cuando el cielo esté en su punto más oscuro y estéis rodeados de enemigos, Yo estaré a vuestro lado, dándoos Mi Fuerza y Paciencia.
Queridos hijos, orad y contemplad la Eucaristía con el Corazón en los ojos. Amadme y (tened compasión), porque el hombre siempre me hiere. Vuestras amorosas oraciones son un bálsamo para Mis heridas.
Mis Amados Hijos, os bendigo y os doy Mi Paz. Paz, hijos Míos. Paz.
Viernes 8 de octubre de 2021 1:14 - 1:53 (39m)
Oh, Hijos Míos de Mi Divino Corazón, muchos de vosotros os apartáis de Mí diariamente. Estáis enredados en vuestras preocupaciones mundanas y diarias e ignoráis Mi solicitud de entrar en vuestros Corazones para guiaros y Amaros. Mi mayor deseo es redimir a todas las almas para que cada uno de Mis hijos esté conmigo en la eternidad.
¡Hijos, invitadme a vuestros Corazones! Invitadme a vuestra vida. Deseo ayudaros en todo. Deseo estar con vosotros y ser tomado en cuenta por vos y Amado por vos en cada momento de cada día. Dejad que Mis Manos envuelvan las vuestras mientras trabajáis. Dejad que Mis Santos Ojos os den Mi Visión para que todo lo que veáis sea virtuoso. Dadme vuestros oídos para que todos los sonidos sean en Glorificación de Dios.
Hijos, dejadme entrar y vuestras vidas cambiarán. Inclinaos hacia el Amor y conoced la paz que traigo a vuestros Corazones. No dejéis que vuestras bellas y preciosas almas se marchiten en las manos de este Mundo que anhela la muerte, el engaño y la separación de vuestro Dios más Amoroso.
Yo soy el Señor, Jesucristo, y por Mi Profundo Amor y compasión por cada uno de vosotros, soporté la degradación, las agonías y la muerte para redimiros. ¿Dudáis de Mi? ¿Dudáis de la eternidad o de la posibilidad de consecuencias y el infierno? No lo dudéis, porque estos son tan seguros y reales como las montañas que tenéis ante vosotros. ¡Son tan reales como los océanos que os rodean y el sol en el cielo y el suelo bajo vuestros pies!
Hijos, no os demoréis. No os apartéis de Mí. Llega tanto sufrimiento y la Serpiente se prepara para vuestra desolación. Oh, Hijos, miradme en todas las cosas. Volveos a Mí cuando tengáis miedo. Volveos a Mí cuando estéis confundidos. Volveos a Mí cuando dudéis o sintáis dolor, gozo o agradecimiento. ¡Volveos hacia Mí! ¿Por qué el hombre rechaza al Amor en su forma más pura y enorme? ¿Por qué rechazar lo bueno?
Hijos Míos, soy rechazado porque el Hombre ha permitido que el pecado se convierta en Su Maestro. En lugar de Amor, el Hombre siente odio. El hombre prefiere el pecado y desea las riquezas, la posición, la fama, la satisfacción de los placeres, la glotonería y más.
Lloro, Hijos Míos. Mi Corazón se hace añicos al saber lo que viene y lo que debe venir. ¿No veis las maquinaciones ya establecidas para causar estragos en el Hombre? Mis discípulos Amados y devotos serán marginados, difamados, brutalizados y silenciados. Ya estáis viendo el silencio impuesto a quienes Me Aman y, en ese Amor, sabed que lo negro se proclama blanco y lo blanco negro. Mis devotos Hijos ya sienten la fuerza de los vientos de esta tormenta. ¡Oh, Hijos Míos, ¡vos permitís esto porque vuestros ojos están cubiertos y no deseáis escuchar Mis Súplicas de Amor!
Amado Hombre, estáis hecho a Mi imagen. Soy Divinidad, Misericordia y Santidad. Hijos Míos, como en Mi Crucifixión, Me degradáis ahora. Me herís y me hacéis pedazos y hacéis que Mi Corazón adolorido sangre por vuestros actos ignominiosos y vuestro amor a la muerte.
Hijos, habéis cultivado un Mundo de Muerte en el que es aceptable e incluso se anima a destruir Mis Dones, a Mis Preciosas Florecitas. Cuán duros se han vuelto vuestros Corazones cuando podéis derramar la sangre de los inocentes sin titubear ni tener compasión ni gran tristeza. Incluso Mis Animales lloran por la muerte de sus cachorros.
Hijos Míos, este Mundo, como vosotros lo conocéis, será sofocado. En los años venideros, veréis que la muerte aumentará de millares a millares y a millares más. El Este atacará al Occidente como ladrones, irrumpiendo en una ciudad desprotegida. Hijos Míos, por vuestra falta de Amor y fe en Mí, por vuestro total rechazo de Mi Amor, soportaréis tiempos tan horribles.
Volveos a Mí en vuestras penas y aflicciones, e inmediatamente fusionaré vuestros Corazones con el Mío. Inmediatamente fusiono vuestros Corazones con el Mío. Inmediatamente envío a Mis Ángeles para que os apoyen. El Espíritu Santo vuela a vuestros Corazones para daros fuerza, perseverancia y devoción constante. ¡Solo, llamadme!
Hijos Míos, os digo estas cosas no para asustaros sino para prepararos para estos tiempos secos y desolados.
Fieles, orad y acudid a Mí todos los días. Pronto, los sacerdotes se perderán o serán vilipendiados por lo que las misas serán escasas o fraudulentas. Pronto, estos cielos se llenarán de un humo que arrasará con el sol. Hijos Míos, muchos serán borrados de esta Tierra y vosotros quedaréis atónitos por la magnitud de este cambio. Oh, Amados Hijos, os presiono contra Mi Corazón y espero vuestra Amorosa respuesta, pero muchos estáis callados. Demasiados se dedican a lo temporal o, peor aún, a lo malo. ¡Mirad las vulgaridades que asaltan vuestros ojos! ¡Escuchad a los irreligiosos contaminar Mi Santo Nombre!
¡Oh, hijos, aborrezco el pecado y por vuestras almas, no debéis transigir con el pecado! Adoradme con todo vuestro corazón y toda vuestra confianza. Vuestro Señor Jesucristo es cariñoso, gentil, compasivo y Amoroso.
No dudéis de Mi Amor por vosotros, especialmente cuando este Mundo esté sumido en el caos. Es entonces cuando se pondrá a prueba vuestro Amor, devoción y confianza. Orad sin cesar y confiad en Mí y os encontrarán superando con seguridad las ataduras que este Mundo os intentará arrojaros. Orad, Hijos Míos, y Yo os responderé con todo Amor.
Hijos Míos, no temáis. No confunda estas tragedias con abandono o rechazo. Soy un Dios de misericordia, pero no puedo soportar la pecaminosidad de este mundo. Dios debe ser adorado y vosotros sois más preciosos para Mí que el oro o cualquier otra cosa que el Hombre pueda considerar valiosa. Confiad en ese Amor. Confiad en que sois Preciosos para Mí y sabed que permito que esta tormenta purifique al Hombre y traiga a muchos de regreso a Mis Brazos. Espero, por un lado, temiendo la tormenta, pero (anticipando) la alegría que viene después. Y como una tormenta violenta que destruye y crea el caos, así el final resplandece con rocío, frescura y nueva Vida y luz.
Confiad en Mi. Orad por Mis Siervos. Muchos que se han descarriado sentirán el aguijón de su pecaminosidad. Orad por Mis Amados Siervos Fieles, porque ellos enfrentarán reprimendas, ignominia, calumnias y más, por su fe y Amor por Mí, el Señor Jesucristo. Sabed que camino con cada uno de ellos y comparto Mi Pasión con Mirada Amorosa y Corazón apaciguado.
Orad por aquellos que hacen avanzar las ciencias de la muerte, porque ellos matan a Mis Pequeñas Florecillas sin remordimiento y están deseosos de extender esa muerte a más y más.
Hijos Míos, no os abandono. Incluso cuando el cielo esté en su punto más oscuro y estéis rodeados de enemigos, Yo estaré a vuestro lado, dándoos Mi Fuerza y Paciencia.
Queridos hijos, orad y contemplad la Eucaristía con el Corazón en los ojos. Amadme y (tened compasión), porque el hombre siempre me hiere. Vuestras amorosas oraciones son un bálsamo para Mis heridas.
Mis Amados Hijos, os bendigo y os doy Mi Paz. Paz, hijos Míos. Paz.
DEDICAOS A MÍ
Martes, 7 de septiembre, 2021 9:13 am - 9:45 am 32m
Oh, Hijos Míos de Mi Preciosa Sangre, venid a Mí en busca de socorro y descanso. Dejad los pecados de vuestro pasado y venid a Mí, a vuestro Amado Señor Jesús, y en Mi Corazón y Misericordia encontraréis la paz.
No esperéis, Mis Amados Hijos. No podéis permitiros el lujo de esperar. Mi Misericordia es profunda, pero los pecados del Hombre Me aplastan como el peso de Mi Cruz, y vuestras blasfemias Me llenan de dolor.
Hijos, sabed que el Señor de los Cielos ve todo lo que vosotros hacéis, cada pecado, cada acto de bondad, cada caridad y todo designio malvado. ¡Humanidad, ruborizaos ante Mí! Vuestros pecados son terribles y debéis repararlos por medio del dolor. Hijos, os pido que oréis sin cesar. Ah, vuestras oraciones son un ungüento para Mi Corazón Herido. Está lleno de un Amor tan ardiente y apasionado por cada uno de Mis Amados Hijos, y deseo admitirlos a cada uno de vosotros en Mi Corazón. Escuchadme, hijos. Permitidme que Yo y el fluir de Mis Constantes Gracias entren en vuestros Corazones para que encontréis vuestro camino hacia Mí.
Por favor, Hijos Míos, no Me rechacéis. No rechacéis el Amor. ¿Como podéis? El Amor es la fuerza de la Vida que une a todos Mis Hijos, a toda la Creación, a Mí. Amados, no tenéis más Tiempo. Os he dado mucho tiempo una y otra vez. He sido esperanzado, paciente, cariñoso y vigilante por cada uno de vosotros. Algunos habéis escuchado Mis llamados Amorosos, pero muchos Me habéis ignorado.
De hecho, muchos, al escuchar Mis Llamados Amorosos, Me han dado la espalda para perseguir deliberadamente tantos males.
Los Ángeles en el Cielo suspiran consternados y deben apartar sus Santos Ojos de lo que ven que el Hombre se hace a sí mismo y a sus Almas. Suspiran horrorizados por vuestros pecados y ven los dolores que cada acto y transgresión Me flagelan una y otra vez.
Hijos, Yo estoy dedicado a vosotros. Dedicaos a Mí. Venid a Mí para que me encontréis en Mi Gloria. Os ofrezco a cada uno de vosotros Mi Gran Amor y Misericordia. No neguéis a vuestro Cristo Jesús de vuestro Amor. Tened piedad de Mi Divino Corazón y venid a Mí, con vuestro propio Amor y alegre obediencia.
¡Mis Amados, elegidme! Negad a este Mundo y a las calamidades que éste trae. No podéis tener una Vida Duradera apoyándoos en lo temporal. Las cosas de este mundo: vuestros deseos, lo material de vuestras alegrías, las posiciones que ocupáis entre los hombres, vuestra riqueza y vuestras pasiones empobrecidas. Ninguno de estos os sostendrá ni os traerá felicidad duradera o una Vida Duradera.
La eternidad está en manos de la Divina Trinidad. ¿Qué puede ofreceros este Mundo que vuestro Señor Dios no pueda multiplicar por mil? Y los regalos que os doy son permanentes. No os traicionan, ni os traen dolor, ni os angustian.
Oh, Mis Amados Hijos, escuchadme. ¡Orad! Orad por aquellos que se han atado al mal con una alegre anticipación del poder. Son tristemente engañados y debéis orar por todos ellos. Vuestras oraciones alivian el dolor que Yo soporto por vuestros pecados.
Hijos, orad por los que odian. El odio es penetrable y pecaminoso y proporciona un punto de apoyo sólido para Satanás. Él disfrutaría poniendo al mundo entero bajo el poder del odio, sabiendo cómo corrompe y destruye las almas. No dejéis que el mentiroso y ladrón robe un Alma más. Orad y ablandaré los corazones de las almas endurecidas.
Amados Hijos de Mi Divina Pasión, venid a Mí en oración y Adoración. Pido vuestro Amor y devoción para aliviar las heridas cortantes y punzantes en Mi Santísimo Corazón que han sido forjadas por el Hombre y por vuestro rechazo hacia Mí. Encuentro gran consuelo en vuestra compañía y nado Amorosamente en vuestras Almas. Os bendigo a cada uno de vosotros con mucha dulzura y Amor.
Hijos, preguntáis, ¿cuándo? ¿Cuándo? Ahora, Hijos Míos, ahora. Vivís en una época precaria y todo lo que veis se verá alterado hasta el punto de que no lo reconoceréis de un día para otro. Estáis viviendo en los tiempos de vuestra amonestación. No dudéis ni preguntes qué. Sabed que he retenido la Justicia Divina por Amor a la Humanidad y con gran esperanza de que vosotros negarais el pecado. Sin embargo, vuestros pecados solo se han vuelto más terribles y en mayor cantidad. No puedo permitir que el maligno capture las Almas de Mis Amados Hijos. Por lo tanto, lo que el Hombre le hace al Hombre, lo permito, sabiendo que este castigo del dolor traerá a muchos de Mis Amados Hijos de regreso a la Gloria de Mi Amor.
Amados, confiad en Mí. Estaré con vosotros en todo momento. Confiad en Mí y os daré fuerza, confianza, discernimiento y fortaleza para afrontar lo que debéis afrontar. No os enojéis ni seáis obstinados por sufrir, sino volveos a Mí en todas las cosas y cosecharéis el verdadero y Divino beneficio de Mis Gracias y Amor.
Ahora Yo os digo, Hijos de Mi Divino Corazón, orad y aliviad Mis Dolores. Orad y llamaré a aquellos que Amáis con llamamientos y ruegos ardientes y poderosos.
Honrad a Mi amable y Hermosa Madre y el Manto de Su Amor os protegerá. Hijos Míos, orad por Mis Siervos. La mayoría se ha extraviado y solo queda un remanente de fieles. Me preocupo con gran pavor por su pecaminosidad. Darán cuenta de mucho. Orad por Mis Amados Siervos. Es una súplica por sus Almas.
Hijos, camino con vosotros en todo momento. Orad y os respondo con Amor. Hoy os doy Mi Amor Profundo y paz duradera. Paz.
Martes, 7 de septiembre, 2021 9:13 am - 9:45 am 32m
Oh, Hijos Míos de Mi Preciosa Sangre, venid a Mí en busca de socorro y descanso. Dejad los pecados de vuestro pasado y venid a Mí, a vuestro Amado Señor Jesús, y en Mi Corazón y Misericordia encontraréis la paz.
No esperéis, Mis Amados Hijos. No podéis permitiros el lujo de esperar. Mi Misericordia es profunda, pero los pecados del Hombre Me aplastan como el peso de Mi Cruz, y vuestras blasfemias Me llenan de dolor.
Hijos, sabed que el Señor de los Cielos ve todo lo que vosotros hacéis, cada pecado, cada acto de bondad, cada caridad y todo designio malvado. ¡Humanidad, ruborizaos ante Mí! Vuestros pecados son terribles y debéis repararlos por medio del dolor. Hijos, os pido que oréis sin cesar. Ah, vuestras oraciones son un ungüento para Mi Corazón Herido. Está lleno de un Amor tan ardiente y apasionado por cada uno de Mis Amados Hijos, y deseo admitirlos a cada uno de vosotros en Mi Corazón. Escuchadme, hijos. Permitidme que Yo y el fluir de Mis Constantes Gracias entren en vuestros Corazones para que encontréis vuestro camino hacia Mí.
Por favor, Hijos Míos, no Me rechacéis. No rechacéis el Amor. ¿Como podéis? El Amor es la fuerza de la Vida que une a todos Mis Hijos, a toda la Creación, a Mí. Amados, no tenéis más Tiempo. Os he dado mucho tiempo una y otra vez. He sido esperanzado, paciente, cariñoso y vigilante por cada uno de vosotros. Algunos habéis escuchado Mis llamados Amorosos, pero muchos Me habéis ignorado.
De hecho, muchos, al escuchar Mis Llamados Amorosos, Me han dado la espalda para perseguir deliberadamente tantos males.
Los Ángeles en el Cielo suspiran consternados y deben apartar sus Santos Ojos de lo que ven que el Hombre se hace a sí mismo y a sus Almas. Suspiran horrorizados por vuestros pecados y ven los dolores que cada acto y transgresión Me flagelan una y otra vez.
Hijos, Yo estoy dedicado a vosotros. Dedicaos a Mí. Venid a Mí para que me encontréis en Mi Gloria. Os ofrezco a cada uno de vosotros Mi Gran Amor y Misericordia. No neguéis a vuestro Cristo Jesús de vuestro Amor. Tened piedad de Mi Divino Corazón y venid a Mí, con vuestro propio Amor y alegre obediencia.
¡Mis Amados, elegidme! Negad a este Mundo y a las calamidades que éste trae. No podéis tener una Vida Duradera apoyándoos en lo temporal. Las cosas de este mundo: vuestros deseos, lo material de vuestras alegrías, las posiciones que ocupáis entre los hombres, vuestra riqueza y vuestras pasiones empobrecidas. Ninguno de estos os sostendrá ni os traerá felicidad duradera o una Vida Duradera.
La eternidad está en manos de la Divina Trinidad. ¿Qué puede ofreceros este Mundo que vuestro Señor Dios no pueda multiplicar por mil? Y los regalos que os doy son permanentes. No os traicionan, ni os traen dolor, ni os angustian.
Oh, Mis Amados Hijos, escuchadme. ¡Orad! Orad por aquellos que se han atado al mal con una alegre anticipación del poder. Son tristemente engañados y debéis orar por todos ellos. Vuestras oraciones alivian el dolor que Yo soporto por vuestros pecados.
Hijos, orad por los que odian. El odio es penetrable y pecaminoso y proporciona un punto de apoyo sólido para Satanás. Él disfrutaría poniendo al mundo entero bajo el poder del odio, sabiendo cómo corrompe y destruye las almas. No dejéis que el mentiroso y ladrón robe un Alma más. Orad y ablandaré los corazones de las almas endurecidas.
Amados Hijos de Mi Divina Pasión, venid a Mí en oración y Adoración. Pido vuestro Amor y devoción para aliviar las heridas cortantes y punzantes en Mi Santísimo Corazón que han sido forjadas por el Hombre y por vuestro rechazo hacia Mí. Encuentro gran consuelo en vuestra compañía y nado Amorosamente en vuestras Almas. Os bendigo a cada uno de vosotros con mucha dulzura y Amor.
Hijos, preguntáis, ¿cuándo? ¿Cuándo? Ahora, Hijos Míos, ahora. Vivís en una época precaria y todo lo que veis se verá alterado hasta el punto de que no lo reconoceréis de un día para otro. Estáis viviendo en los tiempos de vuestra amonestación. No dudéis ni preguntes qué. Sabed que he retenido la Justicia Divina por Amor a la Humanidad y con gran esperanza de que vosotros negarais el pecado. Sin embargo, vuestros pecados solo se han vuelto más terribles y en mayor cantidad. No puedo permitir que el maligno capture las Almas de Mis Amados Hijos. Por lo tanto, lo que el Hombre le hace al Hombre, lo permito, sabiendo que este castigo del dolor traerá a muchos de Mis Amados Hijos de regreso a la Gloria de Mi Amor.
Amados, confiad en Mí. Estaré con vosotros en todo momento. Confiad en Mí y os daré fuerza, confianza, discernimiento y fortaleza para afrontar lo que debéis afrontar. No os enojéis ni seáis obstinados por sufrir, sino volveos a Mí en todas las cosas y cosecharéis el verdadero y Divino beneficio de Mis Gracias y Amor.
Ahora Yo os digo, Hijos de Mi Divino Corazón, orad y aliviad Mis Dolores. Orad y llamaré a aquellos que Amáis con llamamientos y ruegos ardientes y poderosos.
Honrad a Mi amable y Hermosa Madre y el Manto de Su Amor os protegerá. Hijos Míos, orad por Mis Siervos. La mayoría se ha extraviado y solo queda un remanente de fieles. Me preocupo con gran pavor por su pecaminosidad. Darán cuenta de mucho. Orad por Mis Amados Siervos. Es una súplica por sus Almas.
Hijos, camino con vosotros en todo momento. Orad y os respondo con Amor. Hoy os doy Mi Amor Profundo y paz duradera. Paz.
AFERRAOS A MÍ
Viernes, 30 de julio de 2021 3:30 pm - 4:13 pm
Amados Hijos de Mi Divino Corazón y Maravillosa Gloria, uníos a Mí en los Tiempos venideros de erosión. Aferraos a Mí ahora, conforme vaya evolucionando la tormenta, para que podáis volveros a Mí automática y fácilmente en todas las cosas y, en particular, en los momentos de dificultad, tragedia, pérdida y confusión.
Sois criaturas pequeñas, amadas y frágiles. Si tan sólo me dierais una confianza plena y permanente, nunca pensaríais en preocuparos. Amadme como un niño ama a sus padres, siempre confiando en ellos en el sustento, la protección, la calidez y el Amor. Un niño confía sin dudas y sin preguntas, ya que nace así, fresco de la creación del Amor y sin conocer nada más que el Amor Divino. Por eso Yo os digo, regresad a vuestras raíces como un Niño Amado, y confiad en Mí, vuestro Señor Dios, Cristo Jesús, y sabed que siempre estáis unidos firmemente a Mi Propio Corazón.
Amados hijos, os digo palabras de calidez y Amor como un recordatorio de hacia dónde debéis dirigiros y cómo actuar y responder a las tormentas en las que se encuentran las personas. Muchos de Mis Amados y desprevenidos Hijos entrarán en pánico, se dividirán y arremeterán contra su Señor Dios, atribuyendo erróneamente las pérdidas y devastaciones causadas por la maldad y apostasías del Hombre a su Señor Dios, que es Amor. ¡Ah, qué ciegos y mal preparados están tantos!
Amados frustrados, no os preocupéis por el tiempo. Sabed que ya estáis en medio de una terrible tormenta que está destinada a volverse más fuerte, más caótica y más devastadora. Criaturas de todo el mundo morirán en grandes cantidades y la comida escaseará. Los campos de trigo, arroz y grano se echarán a perder por las sequías y las inundaciones. Las tierras y los incendios furiosos destruirán ciudad tras ciudad. La tierra misma, devastada por los pecados del hombre, regurgitará y arrojará sobre la humanidad calamidad tras calamidad. Las tierras se voltearán sobre sí mismas y se hundirán en vastas aguas. Nación luchará contra nación. Muchos morirán de hambre. Otros, muchos otros, serán martirizados por su Amor a Mí y por su obediencia a Mi Voluntad.
Hijos, estas cosas os dan miedo, pero no deberían. Estáis advertidos y tomad en serio Mis Palabras. Así como creéis en estas tribulaciones, creed firmemente en Mi Amor por vosotros. Dejad que vuestros Corazones estén seguros (y) tranquilos de que vuestra confianza en Mí supera cualquier miedo o temor que experimentéis. Yo soy vuestro Señor Dios y Salvador. Servidme. Sabed lo que acepto y lo que no acepto. Conoced Mi Palabra, la Palabra de Dios, y no os desviéis de Mi Divina Voluntad, que es todo bien y todo Amor. Todo lo que hago o permito es con un objetivo en mente; el ver a todas las Almas venir hacia Mí y vivir Conmigo en la Eternidad. Mantened esto al frente de vuestros Corazones y Mentes, no sea que comencéis a sentir ira hacia Mí cuando os enfrentéis a circunstancias espantosas.
Hijos, soy un Señor amable y cariñoso. Todo lo que os deseo es gozo eterno en el palacio de Mi Padre. Solo deseo Vida para vos. No confundáis los horrores de la tribulación con Mis Designios para vosotros. Todos Mis Designios para el Hombre son buenos y están arraigados en un Amor tan profundo que no podéis comprenderlo. Mi Amor por la humanidad es absoluto. Por lo tanto, cada alma perdida es para Mí una tristeza profunda e insondable. Cada pérdida perfora Mi Corazón y es solo a través de vuestras ardientes oraciones y devoción que ese dolor es mitigado.
Oh, Hijos de Mi Sagrado Corazón, acudid a Mi Madre Cariñosa. Sus intercesiones por el hombre son poderosas y su Amado Hijo no puede negarle nada. Ella es la Reina de la Paz y se deleita en vuestras peticiones y oraciones, como Yo. Dejaos guiar por ella y os enseñará a amar y adorar a su Hijo más Amado como ella lo ama y adora. No ignoréis a la Santísima Madre, porque ella es una defensora muy poderosa del Hombre y ha detenido la Mano de la Justicia muchas, muchas veces.
La Amo y Ella es Mi Madre Amada, la Madre del Cielo y la Tierra y el Vaso Divino de Cristo Jesús.
Hijos, estoy cansado de la apostasía del Hombre. ¿Por qué os inclináis hacia la muerte con tanto entusiasmo? ¿Por qué encontráis tanta alegría en la inmoralidad y en lo que es tan contrario a Mi Voluntad para vosotros? No agobio a Mis Hijos. Mi Amor coloca Luz en vuestros Corazones y hace que lo que este Mundo os arroja sea algo fácilmente manejable. No cedáis en nada y deleitaos en Mi Divino Amor.
Hijos, creed en Mi Divino Amor. No esperéis para orar, sino orad siempre. En cada minuto de vuestros días de vigilia, orad. Así es como estaréis preparados para enfrentar las devastaciones que se avecinan.
Oh, Hijos Míos, lloro por el Hombre, de la misma manera como lo hacen los Ángeles del Cielo. Nuestros ojos se desvían ante la gravedad de vuestros pecados y observan cómo la Justicia Divina se sale con la suya.
Amados, siempre estoy con vosotros. Os consuelo cuando vuestro Corazón está abierto hacia Mí. Os doy Mis Bendiciones, especialmente cuando Mi Cuerpo y Sangre se fusionan con los vuestros. Yo soy La Eucaristía, vuestro Cristo Jesús, en toda Mi Divinidad y Misterio. Os doy tales Bendiciones cuando venís a Mí con un Corazón puro y arrepentido y con intenciones amorosas.
Hijos desconcertados, no os irritéis por lo que haga este mundo, sino abrazadme y buscad consuelo, comprensión y guía del Espíritu Santo. Orad y alejaos del ruido y el caos que os rodea. Escuchad la voz de Mi Espíritu Santo que desciende sobre vosotros para daros Paz y discernimiento. Guardad silencio y no os opongáis. Escucharéis Sus Palabras cuando estéis tranquilos. Si dudáis y vuestro Corazón está turbado o confundido, debéis saber que esas palabras no son de Dios. Soy un Dios de Amor. No infundo miedo y confusión en los Corazones de Mis Hijos. Yo impongo discernimiento, pero discernimiento con una paz glorificada por Mi Gran Amor.
Hijos Míos, orad constantemente por Mis Siervos, porque tantos se han extraviado. Son Mis Amados Apóstoles, encargados de guiar a Mis Hijos hacia Mí. Orad, Hijos Míos, porque muchos de ellos vacilan en su devoción y servicio hacia Mí. Muchos ya no creen ni tienen fe en Mi Misterio. Muchos blasfeman y son impulsados por la avaricia y el Amor por el mundo material. Muchos han perdido el rumbo y no oran con corazones Amorosos y confiados. Se han vuelto tibios, como muchos de Mis Amados Hijos. Muchos pecan contra Mí con alegría y a propósito.
Hijos, la recompensa por estas cosas es terrible y permanente. Por eso, Yo os digo, orad siempre por Mis Siervos. Ellos deben llevar a Mis Amados Hijos correctamente hacia Mí.
Amados hijos, me deleito en vosotros. Sentidme y creed que estoy perpetuamente con vosotros y dentro de vosotros. Por lo tanto, disfrutad y profundizad en la Paz Amorosa que os doy.
Paz, hijos Míos. Paz.
Viernes, 30 de julio de 2021 3:30 pm - 4:13 pm
Amados Hijos de Mi Divino Corazón y Maravillosa Gloria, uníos a Mí en los Tiempos venideros de erosión. Aferraos a Mí ahora, conforme vaya evolucionando la tormenta, para que podáis volveros a Mí automática y fácilmente en todas las cosas y, en particular, en los momentos de dificultad, tragedia, pérdida y confusión.
Sois criaturas pequeñas, amadas y frágiles. Si tan sólo me dierais una confianza plena y permanente, nunca pensaríais en preocuparos. Amadme como un niño ama a sus padres, siempre confiando en ellos en el sustento, la protección, la calidez y el Amor. Un niño confía sin dudas y sin preguntas, ya que nace así, fresco de la creación del Amor y sin conocer nada más que el Amor Divino. Por eso Yo os digo, regresad a vuestras raíces como un Niño Amado, y confiad en Mí, vuestro Señor Dios, Cristo Jesús, y sabed que siempre estáis unidos firmemente a Mi Propio Corazón.
Amados hijos, os digo palabras de calidez y Amor como un recordatorio de hacia dónde debéis dirigiros y cómo actuar y responder a las tormentas en las que se encuentran las personas. Muchos de Mis Amados y desprevenidos Hijos entrarán en pánico, se dividirán y arremeterán contra su Señor Dios, atribuyendo erróneamente las pérdidas y devastaciones causadas por la maldad y apostasías del Hombre a su Señor Dios, que es Amor. ¡Ah, qué ciegos y mal preparados están tantos!
Amados frustrados, no os preocupéis por el tiempo. Sabed que ya estáis en medio de una terrible tormenta que está destinada a volverse más fuerte, más caótica y más devastadora. Criaturas de todo el mundo morirán en grandes cantidades y la comida escaseará. Los campos de trigo, arroz y grano se echarán a perder por las sequías y las inundaciones. Las tierras y los incendios furiosos destruirán ciudad tras ciudad. La tierra misma, devastada por los pecados del hombre, regurgitará y arrojará sobre la humanidad calamidad tras calamidad. Las tierras se voltearán sobre sí mismas y se hundirán en vastas aguas. Nación luchará contra nación. Muchos morirán de hambre. Otros, muchos otros, serán martirizados por su Amor a Mí y por su obediencia a Mi Voluntad.
Hijos, estas cosas os dan miedo, pero no deberían. Estáis advertidos y tomad en serio Mis Palabras. Así como creéis en estas tribulaciones, creed firmemente en Mi Amor por vosotros. Dejad que vuestros Corazones estén seguros (y) tranquilos de que vuestra confianza en Mí supera cualquier miedo o temor que experimentéis. Yo soy vuestro Señor Dios y Salvador. Servidme. Sabed lo que acepto y lo que no acepto. Conoced Mi Palabra, la Palabra de Dios, y no os desviéis de Mi Divina Voluntad, que es todo bien y todo Amor. Todo lo que hago o permito es con un objetivo en mente; el ver a todas las Almas venir hacia Mí y vivir Conmigo en la Eternidad. Mantened esto al frente de vuestros Corazones y Mentes, no sea que comencéis a sentir ira hacia Mí cuando os enfrentéis a circunstancias espantosas.
Hijos, soy un Señor amable y cariñoso. Todo lo que os deseo es gozo eterno en el palacio de Mi Padre. Solo deseo Vida para vos. No confundáis los horrores de la tribulación con Mis Designios para vosotros. Todos Mis Designios para el Hombre son buenos y están arraigados en un Amor tan profundo que no podéis comprenderlo. Mi Amor por la humanidad es absoluto. Por lo tanto, cada alma perdida es para Mí una tristeza profunda e insondable. Cada pérdida perfora Mi Corazón y es solo a través de vuestras ardientes oraciones y devoción que ese dolor es mitigado.
Oh, Hijos de Mi Sagrado Corazón, acudid a Mi Madre Cariñosa. Sus intercesiones por el hombre son poderosas y su Amado Hijo no puede negarle nada. Ella es la Reina de la Paz y se deleita en vuestras peticiones y oraciones, como Yo. Dejaos guiar por ella y os enseñará a amar y adorar a su Hijo más Amado como ella lo ama y adora. No ignoréis a la Santísima Madre, porque ella es una defensora muy poderosa del Hombre y ha detenido la Mano de la Justicia muchas, muchas veces.
La Amo y Ella es Mi Madre Amada, la Madre del Cielo y la Tierra y el Vaso Divino de Cristo Jesús.
Hijos, estoy cansado de la apostasía del Hombre. ¿Por qué os inclináis hacia la muerte con tanto entusiasmo? ¿Por qué encontráis tanta alegría en la inmoralidad y en lo que es tan contrario a Mi Voluntad para vosotros? No agobio a Mis Hijos. Mi Amor coloca Luz en vuestros Corazones y hace que lo que este Mundo os arroja sea algo fácilmente manejable. No cedáis en nada y deleitaos en Mi Divino Amor.
Hijos, creed en Mi Divino Amor. No esperéis para orar, sino orad siempre. En cada minuto de vuestros días de vigilia, orad. Así es como estaréis preparados para enfrentar las devastaciones que se avecinan.
Oh, Hijos Míos, lloro por el Hombre, de la misma manera como lo hacen los Ángeles del Cielo. Nuestros ojos se desvían ante la gravedad de vuestros pecados y observan cómo la Justicia Divina se sale con la suya.
Amados, siempre estoy con vosotros. Os consuelo cuando vuestro Corazón está abierto hacia Mí. Os doy Mis Bendiciones, especialmente cuando Mi Cuerpo y Sangre se fusionan con los vuestros. Yo soy La Eucaristía, vuestro Cristo Jesús, en toda Mi Divinidad y Misterio. Os doy tales Bendiciones cuando venís a Mí con un Corazón puro y arrepentido y con intenciones amorosas.
Hijos desconcertados, no os irritéis por lo que haga este mundo, sino abrazadme y buscad consuelo, comprensión y guía del Espíritu Santo. Orad y alejaos del ruido y el caos que os rodea. Escuchad la voz de Mi Espíritu Santo que desciende sobre vosotros para daros Paz y discernimiento. Guardad silencio y no os opongáis. Escucharéis Sus Palabras cuando estéis tranquilos. Si dudáis y vuestro Corazón está turbado o confundido, debéis saber que esas palabras no son de Dios. Soy un Dios de Amor. No infundo miedo y confusión en los Corazones de Mis Hijos. Yo impongo discernimiento, pero discernimiento con una paz glorificada por Mi Gran Amor.
Hijos Míos, orad constantemente por Mis Siervos, porque tantos se han extraviado. Son Mis Amados Apóstoles, encargados de guiar a Mis Hijos hacia Mí. Orad, Hijos Míos, porque muchos de ellos vacilan en su devoción y servicio hacia Mí. Muchos ya no creen ni tienen fe en Mi Misterio. Muchos blasfeman y son impulsados por la avaricia y el Amor por el mundo material. Muchos han perdido el rumbo y no oran con corazones Amorosos y confiados. Se han vuelto tibios, como muchos de Mis Amados Hijos. Muchos pecan contra Mí con alegría y a propósito.
Hijos, la recompensa por estas cosas es terrible y permanente. Por eso, Yo os digo, orad siempre por Mis Siervos. Ellos deben llevar a Mis Amados Hijos correctamente hacia Mí.
Amados hijos, me deleito en vosotros. Sentidme y creed que estoy perpetuamente con vosotros y dentro de vosotros. Por lo tanto, disfrutad y profundizad en la Paz Amorosa que os doy.
Paz, hijos Míos. Paz.
VUESTRA CONFIANZA EN MÍ SERÁ PROBADA DURAMENTE
Lunes, 19 de julio de 2021 11:37 pm - 12:00 ama
Ánimo, Hijos Míos, …y Amad y confiad. Permitidme guiaros, Queridos. Es como un susurro, el catalizador, y sucede pronto, donde comienza una tormenta y antes de que termine, vendrá otra, y otra y otra. Entonces, por eso Yo os digo, Mis Amados Hijos, no confiéis en vosotros mismos, sino en Mí, vuestro Señor Dios y Padre que ama a cada uno de vosotros como gemas preciosas, pero aún más. Nada se os puede comparar, ya que sois el deleite y el Amor de Mi Corazón Eterno. Yo soy Amor. Por eso Yo os digo: sed valientes y confiad sólo en Mí. Confiad en Mí y aseguraos de permanecer en Mi Gracia, asistiendo a la confesión y recibiendo el Santísimo Sacramento, a Cristo Jesús, Mi Amado Hijo, en la Eucaristía. Es el más santo de todos los Santos, y solo a través de Mi Hijo sois salvos.
Será difícil y vuestra confianza se pondrá a prueba duramente. Os veréis obligados a renunciar a vuestra fe para sobrevivir y prosperar en este Mundo, pero no me neguéis. Yo soy el Señor Dios, vuestro Santísimo Padre, y cuido a los que confían plenamente en Mí.
Oh, Hijos Míos, lloro al saber lo que soportaréis. Los Ángeles mismos apartan su mirada con dolor. Pensad que estos tiempos serán tan difíciles que harán llorar a los mismos Cielos.
Duras palabras, lo sé, Mis amores, pero Yo soy el Señor Dios y no puedo mentir. Les avisaré porque vosotros sois Mis Amores y quiero que os volváis a Mí cuando tengáis miedo, cuando vuestra fe sea débil, cuando estéis confundidos y cuando estéis afligidos por las tragedias. No podéis prepararos sino con devoción y oración constante. Es especialmente en la Adoración cuando Mi Corazón está profundamente complacido por vuestras devociones Amorosas.
Hijos, Yo soy Amor, y vuestra falta de atención hiere Mi Corazón. Los tibios de corazón me confunden. Vuestra indiferencia me golpea como un látigo ardiente, y vuestro Santo Señor está herido e insatisfecho.
Hijos Míos, no penséis en lo temporal, sino poned vuestros ojos y vuestros Corazones en la Eternidad. Tengo unos dones tan maravillosos para vosotros, si tan solo confiarais en Mí. Vuestro Padre os da buenos regalos y nada en este mundo fugaz se puede comparar. Cualesquiera deseos que haya en vuestro Corazón ahora, dejadlos. Confiad en que cualquier cosa que os decepcione será rectificada cien veces por Mí. No podéis imaginaros el gozo y la bondad de la Eternidad con vuestro Señor Dios.
Por lo tanto, eliminad vuestros deseos de lo que es barato y temporal de este Mundo y poned vuestra confianza en Mí, vuestro Padre Cariñoso. Confiad en Mi.
Hijos Míos, esta tormenta acaba de comenzar, los vientos soplarán más fuertes y las lluvias devastarán gran parte de este Mundo. Orad y Yo os protegeré. Orad, y cualquier dolor, tragedia o desilusión que debáis enfrentar en Mi Nombre será como un dulce néctar en vuestros Corazones.
Oh, Hijos Míos, orad por Mis Amado Siervos, los sacerdotes que pretenden servirme. Muchos están perdidos ahora y marchan hacia la perdición sin pensar ni preocuparse por sus preciosas Almas. Tantos están en riesgo de condenación por traicionar a vuestro Señor Dios y muy especialmente por desviar a Mis Hijos. El perjuicio que uno de ellos causa a Mis Amados Hijos resulta en una recompensa horrible. Por lo tanto, orad por Mis Siervos, para que vean su absoluta pecaminosidad y sean conscientes de las verdades de la Eternidad.
Deseo que todos Mis Hijos estén conmigo; sin embargo, la Justicia Divina debe ser ejecutada. Oh, Hijos de Mi Corazón, no esperéis. No persistáis en vuestra desatención hacia Mí. No os preocupéis por este Mundo. Confiad en Mi. Os doy Mi Paz Perdurable. Paz.
Lunes, 19 de julio de 2021 11:37 pm - 12:00 ama
Ánimo, Hijos Míos, …y Amad y confiad. Permitidme guiaros, Queridos. Es como un susurro, el catalizador, y sucede pronto, donde comienza una tormenta y antes de que termine, vendrá otra, y otra y otra. Entonces, por eso Yo os digo, Mis Amados Hijos, no confiéis en vosotros mismos, sino en Mí, vuestro Señor Dios y Padre que ama a cada uno de vosotros como gemas preciosas, pero aún más. Nada se os puede comparar, ya que sois el deleite y el Amor de Mi Corazón Eterno. Yo soy Amor. Por eso Yo os digo: sed valientes y confiad sólo en Mí. Confiad en Mí y aseguraos de permanecer en Mi Gracia, asistiendo a la confesión y recibiendo el Santísimo Sacramento, a Cristo Jesús, Mi Amado Hijo, en la Eucaristía. Es el más santo de todos los Santos, y solo a través de Mi Hijo sois salvos.
Será difícil y vuestra confianza se pondrá a prueba duramente. Os veréis obligados a renunciar a vuestra fe para sobrevivir y prosperar en este Mundo, pero no me neguéis. Yo soy el Señor Dios, vuestro Santísimo Padre, y cuido a los que confían plenamente en Mí.
Oh, Hijos Míos, lloro al saber lo que soportaréis. Los Ángeles mismos apartan su mirada con dolor. Pensad que estos tiempos serán tan difíciles que harán llorar a los mismos Cielos.
Duras palabras, lo sé, Mis amores, pero Yo soy el Señor Dios y no puedo mentir. Les avisaré porque vosotros sois Mis Amores y quiero que os volváis a Mí cuando tengáis miedo, cuando vuestra fe sea débil, cuando estéis confundidos y cuando estéis afligidos por las tragedias. No podéis prepararos sino con devoción y oración constante. Es especialmente en la Adoración cuando Mi Corazón está profundamente complacido por vuestras devociones Amorosas.
Hijos, Yo soy Amor, y vuestra falta de atención hiere Mi Corazón. Los tibios de corazón me confunden. Vuestra indiferencia me golpea como un látigo ardiente, y vuestro Santo Señor está herido e insatisfecho.
Hijos Míos, no penséis en lo temporal, sino poned vuestros ojos y vuestros Corazones en la Eternidad. Tengo unos dones tan maravillosos para vosotros, si tan solo confiarais en Mí. Vuestro Padre os da buenos regalos y nada en este mundo fugaz se puede comparar. Cualesquiera deseos que haya en vuestro Corazón ahora, dejadlos. Confiad en que cualquier cosa que os decepcione será rectificada cien veces por Mí. No podéis imaginaros el gozo y la bondad de la Eternidad con vuestro Señor Dios.
Por lo tanto, eliminad vuestros deseos de lo que es barato y temporal de este Mundo y poned vuestra confianza en Mí, vuestro Padre Cariñoso. Confiad en Mi.
Hijos Míos, esta tormenta acaba de comenzar, los vientos soplarán más fuertes y las lluvias devastarán gran parte de este Mundo. Orad y Yo os protegeré. Orad, y cualquier dolor, tragedia o desilusión que debáis enfrentar en Mi Nombre será como un dulce néctar en vuestros Corazones.
Oh, Hijos Míos, orad por Mis Amado Siervos, los sacerdotes que pretenden servirme. Muchos están perdidos ahora y marchan hacia la perdición sin pensar ni preocuparse por sus preciosas Almas. Tantos están en riesgo de condenación por traicionar a vuestro Señor Dios y muy especialmente por desviar a Mis Hijos. El perjuicio que uno de ellos causa a Mis Amados Hijos resulta en una recompensa horrible. Por lo tanto, orad por Mis Siervos, para que vean su absoluta pecaminosidad y sean conscientes de las verdades de la Eternidad.
Deseo que todos Mis Hijos estén conmigo; sin embargo, la Justicia Divina debe ser ejecutada. Oh, Hijos de Mi Corazón, no esperéis. No persistáis en vuestra desatención hacia Mí. No os preocupéis por este Mundo. Confiad en Mi. Os doy Mi Paz Perdurable. Paz.
SED CONSCIENTES Y TENED CUIDADO CON EL PECADO
Viernes 4 de junio de 2021 1:45 - 2:26 pm (Adoración)
Papá, estoy preocupado por nuestros sacerdotes.
Amados Hijos de Mi Sagrado Corazón, ¿no conocéis y creéis en las profundidades de Mi Amor? ¿No creéis en la salvación que os doy? ¿Para el hombre a través de Mi divinidad y Mi sacrificio? Oh, Hijos de Mi Divino Amor, venid a Mí y orad por este Mundo dividido. ¿No veis la tormenta que se está acumulando a vuestro alrededor? Orad, Hijos Míos, y Yo responderé a vuestras oraciones según Mi Divina Voluntad, que es todo Amor y Misericordia. Amados Hijos de Mi Corazón Sangrante, vuestros pecados Me traen tanta agonía.
Os quiero a cada uno de vosotros conmigo siempre y en el Amor Eterno, pero tantos se han extraviado y descarriado, y Mi Sagrado Corazón se quebranta. Lloro. Hijos Míos, lloro diariamente por este Mundo. Todo el caos que percibís, sentís y enfrentáis es causado por el pecado y culminado por el mismo Satanás que reina tan libremente en este mundo. Hijos Míos, por favor orad diligentemente por Mis Amados Siervos. A medida que ellos se desvían, se vuelven cada vez más ciegos. Se relajan con Mis Advertencias y guían al extravío también a Mis Amados Hijos, porque no les enseñan Mi Voluntad como deberían. Sabed, Hijos Míos, que vuestras ardientes oraciones por Mis Amados Siervos salvan a muchos y los traen de regreso a los pliegues de Mi Amor y Misterio.
Orad, Hijos Míos, porque llamo y he llamado a cada Siervo y he esperado que siempre Me sirvan con devoción, adoración y constancia. Ellos son Mis mismos Apóstoles en este Mundo y sus tareas y roles, aun cuando son Santos y Benditos, son difíciles y exigentes. No deben someterse a este Mundo amenazador. Deben aferrarse firmemente a Mí y guiar correctamente a Mis Hijos. Mis Amados Hijos, muchos de vosotros oráis con Corazones tan asustados y con tanta duda. No tengáis miedo, Mis delicias. Estáis en Mis Manos Amorosas y no lastimo lo que he creado con Amor y desde el Amor y por Amor. Hijos, pero debéis obedecer fielmente Mis leyes y en todo momento evitar el pecado. Es el pecado lo que derriba al hombre. La pecaminosidad de este mundo es tremendamente malvada y es propuesta por aquellos que siguen el mal. Ellos disfrutan de sus designios y creen que los tesoros huecos que el mal les trae, son permanentes. Ellos se deleitan en el poder que creen poseer, pero ¿qué harán Mis Hijos cuando el mal levante la cabeza y muestre su verdadero rostro?
Entonces verán sus mentiras, pero será demasiado tarde. Cuando Mis Hijos abrazan la oscuridad, no pueden ver la Luz de Mi Amor. Cuando Mis Hijos se sumergen en caminos malos y pecaminosos, no pueden reconocer Mi Amor que adora la humildad, al humilde, al Amoroso y caritativo. Cuando Mis Hijos pecan, el pecado los aleja de Mí, y los pecados sin arrepentimiento conducen a más pecados y a pecados más cobardes. Así, el Hombre ha llegado hasta esto donde la muerte es mucho más preferida que la Vida. Cuando el Hombre prefiere la muerte a la Vida, ¿cómo pueden verme? Oh, Hijos Míos de Mi Sagrado Corazón, Me perfora y a Mi Amor por vos, ver lo que os provocáis sobre vosotros mismos. Soy un Dios de Amor y Misericordia. No acepto el pecado y veo cuánto se ha comprometido el Hombre con el mal. Vuestros pecados son tales que las tinieblas de las generaciones anteriores palidecen en comparación. Vuestros pecados son mucho más graves que los de vuestros antepasados y por mucho.
Oh, Hijos de Mi Corazón Amoroso y Misericordioso, debéis arrepentiros de vuestros pecados y no pecar más. Os ofrezco el MAS GRANDE Amor y Misericordia, pero nadie viene a pedir Mi Misericordia y Perdón. Vuestros Corazones están áridos y Mis Hijos carecen de devoción y reverencia por el Sacrificio de Mi Hijo. Sufrió tan cruelmente hasta la muerte por cada uno de vosotros. Él lo haría una y otra vez, si la Justicia Divina lo permitiera, pero la Justicia no lo hace y no lo hará. Por lo tanto, Yo os digo, el Hombre aplastará al Hombre y las familias se separarán y dividirán entre sí. Muchas naciones se derrumbarán y Oriente derribará a Occidente en su debilidad. Os he concedido obsequios tan generosos, pero han apartado sus rostros de vuestro Creador y Señor que os Ama. Habéis rechazado más allá de todo entendimiento, al Amor. Hijos, por lo tanto, soportaréis una purificación tan terrible que os asombraréis de vuestra locura y vendréis a Mí con la apremiante esperanza de Mi Amor y Misericordia. Es por eso que permito la tormenta del Hombre. Es por eso que daré un paso atrás y permitiré que enfrentéis esta tormenta que os abrirá los ojos. Entonces sabréis que soy el Señor Dios cuyo Amor sostiene todo. No, Hijos Míos, no os deseo esto, pero estáis avanzando hacia tiempos terribles. Sin embargo, Mis Mis Constantes en la Oración e Hijos Devotos, Yo os digo; en vuestra oración, no temáis. No temáis ni os preocupéis.
¿Por qué debéis preocuparos, cuando os sentáis en las manos Amorosas de vuestro Señor Dios? Tened fe, Pequeños, y confiad en que Yo estaré con vosotros en todo. Si vais a enfrentaros al enemigo, por temible que parezca, no podrá haceros daño porque sois Míos. Incluso si la oscuridad amenaza con consumiros a vosotros y a aquellos que Amáis, confiad en Mi Amor y misericordia. Os salvaré a vosotros y a muchos por vuestras ardientes oraciones. Si llegaréis a enfrentar la muerte y el sufrimiento por vuestro Amor y fe en Mí, Yo estaré con vosotros y os regocijaréis por haber enfrentado un sacrificio por Mí. Y reinaréis conmigo, como un obsequio por vuestro Amor y devoción duradera. Por lo tanto, Yo os digo, Hijos Míos, enfocaos en Mí y no os preocupéis. Pues, ¿qué podéis hacer en vuestra dulce y adorable pequeñez? Yo puedo hacer lo imposible y lo haré para glorificarme y abrir vuestros ojos a Mi Gloria. Oh, Hijos Míos de Mi Sagrado Corazón, estoy consternado por cómo este Mundo se ha descarriado. Estoy lleno de dolor y preocupación mientras veo a uno tras otro caminar hacia la perdición. Aquellos que pecan sin pensarlo o sin arrepentimiento van a la perdición, aunque nunca sea Mi Amorosa Voluntad que eso suceda. Hijos, la perdición existe y los sufrimientos y torturas son extremos y diferentes a cualquiera que podáis conocer dentro de vuestro bárbaro Mundo. Tan terrible como puede ser este Mundo, no se compara con las devastaciones y tinieblas del infierno. Hijos, os digo nuevamente, sed conscientes y desconfiad del pecado.
No sucumbáis ante él, y cuando lo hagáis, confiad en Mi Perdón y venid inmediatamente a Mí a reconciliaros. Debéis permanecer o estar en estado de gracia siempre, ¡SIEMPRE! Esto es de suma importancia. Recibid al Santísimo. Aunque esto no parezca posible, un día, pronto, Mi Amado Hijo será difícil de encontrar en la Eucaristía. Faltarán buenos sacerdotes y abundarán las falsas consagraciones. Seréis testigos de la maldad, de las misas falsas y muchos serán engañados. Oh, Constantes en la Oración, seguid siendo fieles y fervientes en vuestras oraciones, pidiendo santidad y el discernimiento. Os bendeciré constantemente por vuestras súplicas. Hijos, os digo estas cosas graves porque no podéis permitiros el lujo de sorprenderse con lo que viene. Debéis prepararos siendo constantes en Mi Amor y vuestra fidelidad. Hijos Míos, venid a Mí y os daré todo lo que necesitéis. Confiad en vuestro Señor Dios y sabed que pongo Mi Paz sobre vosotros en Mi Gran Amor por vos. Paz, Hijos Míos. Paz
Viernes 4 de junio de 2021 1:45 - 2:26 pm (Adoración)
Papá, estoy preocupado por nuestros sacerdotes.
Amados Hijos de Mi Sagrado Corazón, ¿no conocéis y creéis en las profundidades de Mi Amor? ¿No creéis en la salvación que os doy? ¿Para el hombre a través de Mi divinidad y Mi sacrificio? Oh, Hijos de Mi Divino Amor, venid a Mí y orad por este Mundo dividido. ¿No veis la tormenta que se está acumulando a vuestro alrededor? Orad, Hijos Míos, y Yo responderé a vuestras oraciones según Mi Divina Voluntad, que es todo Amor y Misericordia. Amados Hijos de Mi Corazón Sangrante, vuestros pecados Me traen tanta agonía.
Os quiero a cada uno de vosotros conmigo siempre y en el Amor Eterno, pero tantos se han extraviado y descarriado, y Mi Sagrado Corazón se quebranta. Lloro. Hijos Míos, lloro diariamente por este Mundo. Todo el caos que percibís, sentís y enfrentáis es causado por el pecado y culminado por el mismo Satanás que reina tan libremente en este mundo. Hijos Míos, por favor orad diligentemente por Mis Amados Siervos. A medida que ellos se desvían, se vuelven cada vez más ciegos. Se relajan con Mis Advertencias y guían al extravío también a Mis Amados Hijos, porque no les enseñan Mi Voluntad como deberían. Sabed, Hijos Míos, que vuestras ardientes oraciones por Mis Amados Siervos salvan a muchos y los traen de regreso a los pliegues de Mi Amor y Misterio.
Orad, Hijos Míos, porque llamo y he llamado a cada Siervo y he esperado que siempre Me sirvan con devoción, adoración y constancia. Ellos son Mis mismos Apóstoles en este Mundo y sus tareas y roles, aun cuando son Santos y Benditos, son difíciles y exigentes. No deben someterse a este Mundo amenazador. Deben aferrarse firmemente a Mí y guiar correctamente a Mis Hijos. Mis Amados Hijos, muchos de vosotros oráis con Corazones tan asustados y con tanta duda. No tengáis miedo, Mis delicias. Estáis en Mis Manos Amorosas y no lastimo lo que he creado con Amor y desde el Amor y por Amor. Hijos, pero debéis obedecer fielmente Mis leyes y en todo momento evitar el pecado. Es el pecado lo que derriba al hombre. La pecaminosidad de este mundo es tremendamente malvada y es propuesta por aquellos que siguen el mal. Ellos disfrutan de sus designios y creen que los tesoros huecos que el mal les trae, son permanentes. Ellos se deleitan en el poder que creen poseer, pero ¿qué harán Mis Hijos cuando el mal levante la cabeza y muestre su verdadero rostro?
Entonces verán sus mentiras, pero será demasiado tarde. Cuando Mis Hijos abrazan la oscuridad, no pueden ver la Luz de Mi Amor. Cuando Mis Hijos se sumergen en caminos malos y pecaminosos, no pueden reconocer Mi Amor que adora la humildad, al humilde, al Amoroso y caritativo. Cuando Mis Hijos pecan, el pecado los aleja de Mí, y los pecados sin arrepentimiento conducen a más pecados y a pecados más cobardes. Así, el Hombre ha llegado hasta esto donde la muerte es mucho más preferida que la Vida. Cuando el Hombre prefiere la muerte a la Vida, ¿cómo pueden verme? Oh, Hijos Míos de Mi Sagrado Corazón, Me perfora y a Mi Amor por vos, ver lo que os provocáis sobre vosotros mismos. Soy un Dios de Amor y Misericordia. No acepto el pecado y veo cuánto se ha comprometido el Hombre con el mal. Vuestros pecados son tales que las tinieblas de las generaciones anteriores palidecen en comparación. Vuestros pecados son mucho más graves que los de vuestros antepasados y por mucho.
Oh, Hijos de Mi Corazón Amoroso y Misericordioso, debéis arrepentiros de vuestros pecados y no pecar más. Os ofrezco el MAS GRANDE Amor y Misericordia, pero nadie viene a pedir Mi Misericordia y Perdón. Vuestros Corazones están áridos y Mis Hijos carecen de devoción y reverencia por el Sacrificio de Mi Hijo. Sufrió tan cruelmente hasta la muerte por cada uno de vosotros. Él lo haría una y otra vez, si la Justicia Divina lo permitiera, pero la Justicia no lo hace y no lo hará. Por lo tanto, Yo os digo, el Hombre aplastará al Hombre y las familias se separarán y dividirán entre sí. Muchas naciones se derrumbarán y Oriente derribará a Occidente en su debilidad. Os he concedido obsequios tan generosos, pero han apartado sus rostros de vuestro Creador y Señor que os Ama. Habéis rechazado más allá de todo entendimiento, al Amor. Hijos, por lo tanto, soportaréis una purificación tan terrible que os asombraréis de vuestra locura y vendréis a Mí con la apremiante esperanza de Mi Amor y Misericordia. Es por eso que permito la tormenta del Hombre. Es por eso que daré un paso atrás y permitiré que enfrentéis esta tormenta que os abrirá los ojos. Entonces sabréis que soy el Señor Dios cuyo Amor sostiene todo. No, Hijos Míos, no os deseo esto, pero estáis avanzando hacia tiempos terribles. Sin embargo, Mis Mis Constantes en la Oración e Hijos Devotos, Yo os digo; en vuestra oración, no temáis. No temáis ni os preocupéis.
¿Por qué debéis preocuparos, cuando os sentáis en las manos Amorosas de vuestro Señor Dios? Tened fe, Pequeños, y confiad en que Yo estaré con vosotros en todo. Si vais a enfrentaros al enemigo, por temible que parezca, no podrá haceros daño porque sois Míos. Incluso si la oscuridad amenaza con consumiros a vosotros y a aquellos que Amáis, confiad en Mi Amor y misericordia. Os salvaré a vosotros y a muchos por vuestras ardientes oraciones. Si llegaréis a enfrentar la muerte y el sufrimiento por vuestro Amor y fe en Mí, Yo estaré con vosotros y os regocijaréis por haber enfrentado un sacrificio por Mí. Y reinaréis conmigo, como un obsequio por vuestro Amor y devoción duradera. Por lo tanto, Yo os digo, Hijos Míos, enfocaos en Mí y no os preocupéis. Pues, ¿qué podéis hacer en vuestra dulce y adorable pequeñez? Yo puedo hacer lo imposible y lo haré para glorificarme y abrir vuestros ojos a Mi Gloria. Oh, Hijos Míos de Mi Sagrado Corazón, estoy consternado por cómo este Mundo se ha descarriado. Estoy lleno de dolor y preocupación mientras veo a uno tras otro caminar hacia la perdición. Aquellos que pecan sin pensarlo o sin arrepentimiento van a la perdición, aunque nunca sea Mi Amorosa Voluntad que eso suceda. Hijos, la perdición existe y los sufrimientos y torturas son extremos y diferentes a cualquiera que podáis conocer dentro de vuestro bárbaro Mundo. Tan terrible como puede ser este Mundo, no se compara con las devastaciones y tinieblas del infierno. Hijos, os digo nuevamente, sed conscientes y desconfiad del pecado.
No sucumbáis ante él, y cuando lo hagáis, confiad en Mi Perdón y venid inmediatamente a Mí a reconciliaros. Debéis permanecer o estar en estado de gracia siempre, ¡SIEMPRE! Esto es de suma importancia. Recibid al Santísimo. Aunque esto no parezca posible, un día, pronto, Mi Amado Hijo será difícil de encontrar en la Eucaristía. Faltarán buenos sacerdotes y abundarán las falsas consagraciones. Seréis testigos de la maldad, de las misas falsas y muchos serán engañados. Oh, Constantes en la Oración, seguid siendo fieles y fervientes en vuestras oraciones, pidiendo santidad y el discernimiento. Os bendeciré constantemente por vuestras súplicas. Hijos, os digo estas cosas graves porque no podéis permitiros el lujo de sorprenderse con lo que viene. Debéis prepararos siendo constantes en Mi Amor y vuestra fidelidad. Hijos Míos, venid a Mí y os daré todo lo que necesitéis. Confiad en vuestro Señor Dios y sabed que pongo Mi Paz sobre vosotros en Mi Gran Amor por vos. Paz, Hijos Míos. Paz
DERRAMÉ MI PRECIOSA SANGRE POR VOSOTROS, HASTA LA MUERTE
Martes, 27 de abril de 2021 3:46 pm - 4:29 pm
Amados Hijos de Mi Sagrado Corazón, prestad atención y dejad de pecar. Incluso la más pequeña de las transgresiones hiere Mi Corazón Amoroso y abre vuestros Almas a pecados más oscuros. Dejad de pecar, Mis Amados, y no lo toleréis en los demás, incluso en aquellos a quienes pretendéis amar.
Permitir que pequen sin remordimiento o corrección aquellos a quienes amáis es en sí mismo un desamor para Mí. Vosotros sois Mis Santos y Amados Soldados. Y especialmente cuando sea más difícil, corregid a vuestros hermanos y hermanas y alejadlos del pecado. Su ira puede heriros, pero debéis regocijaros en vuestros santos esfuerzos, mientras intentáis salvar almas para vuestro Amoroso Jesús.
Hijos Míos, no os desesperéis cuando seáis ridiculizados por vuestra fe en Mí. Yo también fui ridiculizado e insultado y convertido en un paria de Mis Amados, a quienes sólo buscaba salvar. Un esclavo no puede suplantar a su Amo, pero trabaja para el éxito y la prosperidad continua de su Amo.
Amados, muchos de vosotros tienen tantas preguntas y temores. ¿A dónde iréis? ¿Cómo vais a sobrevivir? ¿Qué hay de vuestras queridas familias? ¿Vuestros Hijos y seres queridos? Hijos, poned todo vuestro Amor y confiad en Mí, vuestro Señor Jesucristo. Derramé Mi Preciosa Sangre por vosotros hasta la muerte. No lo hice en vano para que generaciones pasadas (posteriores), vosotros vivierais en la duda y el miedo. Mis Amados Hijos, poned toda vuestra fe y confiad en Mí y solo en Mí.
Si fuerais a perder todo lo que tenéis, ¿cree vuestro propio Corazón que os abandono? ¿Es ese el valor que le dais a lo temporal contra Mi Divino Amor y Mis Planes para vosotros?
Hijos, os digo una y otra vez, las dificultades vienen. ¡Sí! Esto es cierto, pero estas dificultades y sufrimientos harán que muchas almas se vuelvan hacia Mí, y ese es Mi mayor deseo: traer a todas las almas a Mí y no dejar ninguna a la perdición. Y si sois para Mí, ¿por qué tenéis miedo? No tengáis miedo, Hijos Míos. Simplemente, orad con devoción. Respondo a todas las oraciones con Mi ilimitado Amor y Misericordia.
La oración os dará la fuerza para afrontar lo que viene. Ya sea que sufráis adversidades y tragedias o no, la oración os dará constancia en vuestro Amor por Mí y en vuestro discernimiento. ¿Creéis que lo peor que podría pasar sería la demolición total de este Mundo? Orad, amores Míos, y considerad esto. La tragedia más grande es la muerte de almas no preparadas y no reconciliadas. Esa es una tristeza mucho mayor y contra la que les pido que oréis. Orad por los que no creen. Orad por aquellos que blasfeman el Nombre de Dios y el de la Reina de la Paz. Orad por los tibios y por aquellos que han puesto lo mundano en primer lugar. Orad por aquellos que adoran los males que la sociedad les presenta por la glotonería, el orgullo, la lujuria y la codicia. Orad por Mis Siervos, porque tantos vagan, y aún otros abogan plenamente por la oscuridad.
Digo que la oración debe ser una constante. A medida que esta tormenta se hace más fuerte, cada ola crecerá más alto y chocará con más fuerza. A medida que la tormenta se fortalece, cada ola vendrá más rápido, una tras otra, confundiendo y desorientando a muchos. El hombre no recuperará el aliento cuando una tormenta estalle en otra devastación y otra.
El hombre causa cada ola, y porque se cree capaz de usurpar al Rey del Cielo y al Dios Todopoderoso, muchos perecerán. Algunos morirán a causa de enfermedades introducidas por el Hombre y potenciadas por el Hombre. Otros se encontrarán en el camino de las manifestaciones de la Tierra por los pecados del Hombre, en los aires, océanos y en la tierra.
Yo os digo, Hijos Míos, no permitáis que la calma antes de la tormenta os haga dudar. Llegará tan repentinamente como un trueno en la noche. Todas las cosas que veis se habrán ido mañana. Las tierras se adentrarán en los mares y los incendios correrán por las ciudades. [Siempre he visto esto como dedos de fuego barriendo las calles de la ciudad de Nueva York].
Sí, estas cosas dan miedo, Hijos Míos. Los Hijos que Yo Amo tanto se han vuelto en Mi contra, una y otra vez. Por lo tanto, la fuerza de Mi Corrección hace eco a la magnitud y la frecuencia de las apostasías del Hombre. Si hay incendios en todo el mundo, es para vengar el asesinato de Mis Florecillas, porque los incendios correrán tan densamente y tanto como ha corrido la sangre de Mis Florecillas [no nacidos].
Hijos Míos, no podéis servir a dos Amos. No podéis servir a la oscuridad y tratar de vivir en la Luz. No podéis proclamar Mi Nombre en el Día Santo y luego destruir a los hombres. No podéis ser hipócritas, Hijos Míos. Yo conozco lo que hay en el Corazón y el Alma de cada Hombre. Sé cuándo se hacen buenas obras para avanzar a vosotros mismos y aquellas que se hacen en Mi Nombre para Glorificar el Amor. Sé cuándo un Corazón es tibio y en perjuicio de acercarse a Mí con un Corazón indiferente o incontrolado.
Hijos, hay mucho por lo que expiar. Veis cuán destructiva y excesiva se ha vuelto la apostasía del hombre. Y mientras amáis a vuestro Señor Dios y Salvador, os pido que mientras oréis, os regocijéis al saber que el Hombre, muchos hombres, serán salvos. Sus tragedias y sufrimientos abrirán sus Corazones a Mi seguridad, Amor y Compasión.
Y vosotros, Mis Orantes, a quienes sostengo con tanto afecto, seréis las Luces que guiarán a los desconcertados de regreso a vuestro Padre Amoroso y Salvación. ¿No es esta una causa bendecida y digna, Hijos Míos? Ésta es otra razón por la que Yo os digo: no temáis, sino regocijaos en vuestros sufrimientos. Le harán mucho bien, y, de hecho, os pido que me deis todos vuestros sufrimientos, pequeños y grandes, en reparación por los pecados del hombre.
Incluso un pequeño sufrimiento es el mundo en Mi Corazón. En particular, pido oraciones por Mis Amados Siervos. Tantos se han apartado de Mí, algunos ya no respetan ni aprecian Mi Gran Misterio. Algunos se unen a Mí en Mi Altar con dudas en sus Corazones. Algunos blasfeman porque están tan lejos de Mí que caben más cómodamente en la oscuridad. Otros sufren de avaricia y orgullo. Otros se han convertido en criaturas políticas y ya no Me tienen en el Corazón. Y aquellos que cumplen con santidad los deberes para con su Padre y Dios necesitan la oración para sostener su fuerza, constancia y tenacidad, frente a las adversidades.
Aseguraos de que Mis Pequeñas Flores sean bautizadas. Participad con frecuencia de la Eucaristía y manteneos en estado de gracia. Viene tanto cambio, Mis Amores.
Confiad en vuestro Dios Amoroso y en el Señor Jesucristo. Poned toda vuestra fe, confianza y Amor en Mí. Sed como un Niño cándido, sin preocuparos ni temer por vosotros mismos. Aferraos a Mí, Hijos Míos, y sabed que estáis viviendo en la cuna de Mi Gran Amor.
Paz, Hijos Míos. Paz.
ASI ES LA RECOMPENSA POR MI AMOR
Miércoles, 21 de abril de 2021 4:01 pm - 4:37 pm
Gracias por guiarme a esta oración de Vuestra Pasión, Mi Señor.
Agradadme, Mis Amados Hijos. Soy amoroso y gentil y muy herido por el Hombre. Cada pecado Me trae un gran dolor. Si el Hombre conociera el mismo horror y profundidad de Mi Dolor, seguramente dejaría de pecar contra Mí.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, debéis rezar. Sed devotos en vuestras oraciones y refugiaos en Mis Brazos Amorosos. Venid a Mí para que pueda alinear vuestros Corazones con el Mío y fusionarlos para que este Mundo nunca se interponga entre nosotros. Oh Hijos, dadme vuestros Corazones. ¡Cuánto los anhelo! Cuando me rechazáis, estoy destrozado. Mi dolor por vuestra negación o repudio o rechazo es insoportable.
Amados Hijos de Mi Sagrado Corazón, orad. Debéis orar y limpiaros (antes de venir ante Mí). Venid ante Mí y participad de Mi Cuerpo para que, a través de esta Sagrada y Divina Comunión, os libréis del sufrimiento o os hagáis más fuertes para soportarlo con un Corazón agridulce. Hijos, si comprendierais la más mínima parte de las GRANDES bendiciones que reciben de Mi Ser Eucarístico, suplicaríais ante Mi Tabernáculo y nunca más os levantaríais de vuestras rodillas.
Tal es la generosidad de Mi Amor y las gracias para cada uno de vosotros.
Mis Amados Hijos, hago hincapié en “cada uno” de vosotros, porque cada uno de Mis Hijos es precioso y Amado por Mí. He derramado Mi Divina Sangre por cada uno de vosotros. No hay nada que podáis hacer que Yo no pueda perdonaros y levantaros con Mi Amor y Compasión. Por eso Yo os digo a los que tenéis el Corazón apesadumbrado, venid a Mí y tomad refugio en Mi Gran Amor por vosotros. Os daré el consuelo que necesitáis, la alegría que deseáis y el Amor que habéis anhelado. Venid a Mí. No rechazo al contrito de Corazón.
Amados Hijos de Mi Corazón Herido, debéis orar y recibirme en la Eucaristía siempre. Es fundamental que permanezcáis en estado de gracia ante Mí. Tened esto muy presente en vuestros Corazones, Hijos Míos, porque no sabéis cuándo seréis llamados.
Oh, Hijos Míos, siempre hay oscuridad antes de la Luz. Así como hay muerte y vida nueva. Hijos Míos, manteneos firmes en vuestro Amor y confiad en Mí. Esos días oscuros vienen a saludaros. Será tan alarmante o impactante como un trueno repentino. La tierra regurgitará consternada y horrorizada por los pecados del hombre. La Tierra misma está desarmonizada y la Naturaleza se vuelve más infeliz con los pecados del Hombre.
Hijos, el pecado no es de Dios. No debéis transigir con el pecado. Es la encarnación del mal y con cada pecado, vuestra Alma se mancha. Hace que sea más fácil que la oscuridad crezca dentro de vosotros, y vosotros, Mis Amados Hijos, sois deseados por la Luz.
Queridos Hijos, os digo que la Tierra regurgitará horrorizada por los pecados del hombre. Veréis grandes incendios y los cielos se trastornarán. [Esto me pareció que eran desalineamientos, pero de qué, no lo sé]. Caerá fuego del cielo y muchos animales se volverán insensibles y / o morirán.
¿Enfermedades, Mi señor? ¿Como la de las vaca locas?
Confiad en Mí, Hijos Míos. El Mundo será probado de formas inimaginables, pero la oración mitiga. Las oraciones salvan, y escucho el Amor en cada una de vuestras oraciones. Amados Hijos, en medio de vuestras alegrías y dolores, buena fortuna y sufrimientos, confiad en Mí y ponedme siempre en primer plano en vuestros Corazones. Anhelo ser el Amor más especial de vuestras Vidas. Quiero que siempre me elijáis. Elegid el Amor sobre la oscuridad. Mi Corazón SE INFLAMA de alegría y afecto cuando, en cualquier pequeña acción, elegís complacerme. Me dais un bálsamo para Mis Llagas y me envíais ondas de Amor que Yo correspondo con más Amor y Mis Divinas Bendiciones.
Hijos, Yo soy para vosotros y vosotros sois para Mí. Vosotros sois Mis Amados Hijos y no os abandono.
Amados Míos, preparaos para la confusión que viene con la oración constante y la Comunión constante conmigo. No dejéis que vuestros Corazones tengan miedo, porque Yo os protegeré y convertiré los sufrimientos en algo agridulce. Orad en vuestros sufrimientos y adheríos a Mis Grandes Sufrimientos. Os hago un llamamiento en esto. No os enojéis ni os desaniméis en medio del sufrimiento, pues Yo también he sufrido, y sigo sufriendo al ver al Hombre herirse así.
Hijos de Mi Corazón, permaneced cerca de Mí. Manteneos cerca de Mí y sed consistentes o firmes en vuestro Amor y confianza en Mí. Yo os digo, que aquellos cuya confianza es inquebrantable harán maravillas en Mi Nombre delante del Hombre. Aquellos que Me han dado el don total y total de sus Corazones, Almas, mentes y cuerpos, derribarán montañas, moverán los senderos de los ríos, sanarán a los que están muriendo y harán que los peligros se alejen. Confiad en Mí, y todo lo haré.
Así es la GRANDEZA de Mi Amor. Hijos Míos, vuestras devociones Me conmueven. Presionad vuestros Corazones contra el Mío, para que sintáis la fuerza ardiente de Mi Amor. Aferraos a Mí, Hijos Míos, y cada momento de cada día será dulce para vosotros, sin importar las cosas mundanas que ocurran.
Amados Hijos, vosotros sois criaturas espirituales, hechas a Mi Gloriosa y Divina imagen. Conoced la verdad de esto en toda su esencia. Por lo tanto, debéis respetar, amar y cuidar tierna y cuidadosamente vuestras Almas. Vivís a un abrir y cerrar de ojos de la eternidad, Hijos Míos, pero ¡qué tan importante es este abrir y cerrar de ojos!
Yo soy vuestro Santo y Divino Guía. Morí para que seáis salvos. Tomad este inefable don Mío y adorad a vuestro Señor Dios y Padre que es Mi Amado Padre y que reina por toda la Eternidad. Amados, estas cosas que digo o describo son GRANDES. Son Nuestro Divino Misterio.
Creed, confiad y Amad, Hijos Míos. Sabed que siempre estoy con vosotros. Escucho y contesto vuestras oraciones según Mi Divina Voluntad que es toda buena. Amados Hijos, descansad ahora con Mis Bendiciones sobre vosotros. Pronto tendréis poco descanso excepto el que encontréis en Mí. Paz, Hijos Míos. Paz.
INCLUSO MIS ÁNGELES HACEN UNA PAUSA ANTE VUESTROS ORACIONES
Viernes, 9 de abril de 2021 11:37 am - 12:26 pm
Cálmate, Hija Mía, cálmate. Porque, ¿cómo puedes entender Mi Voluntad para vosotros, si tu cabeza está llena de ruido y preguntas, debate y preocupaciones? Soy un Dios de paz y sabiduría. Déjame guiarte en todas las cosas. Debes confiar en Mí, con todo vuestro ser.
Papá, no puedo discernir sobre la vacuna, y si te escuché o te entendí mal, debo corregir lo que dije. Y no quiero ser un instrumento de confusión y maldad. Oh, Señor, si Mi cabeza está revuelta, es por temor a engañar tan completamente a aquellos a quienes Tú amas. ¿Entiendes Mis preocupaciones?
Hija, en ti he puesto Mi Luz. Te lo he prometido desde el principio de tu trabajo para Mí. Llamé muchas, muchas veces, y alzaste la cabeza en duda, como si hubieras escuchado un sonido lejano y, al cabo de unos momentos, creíste haberte equivocado. Esperé y volví a llamar. Una vez más, escuchaste y te preguntaste, pero rechazaste Mi Divino Llamado porque estabas fascinada por este Mundo y pensabas como éste pensaba. Finalmente, por medio de Mi Gran Misterio, llamé y respondiste. Sin embargo, todavía dudabas de Mí. Me pusiste a prueba y te di todas las pruebas que necesitabas para ser Mi sierva fiel. ¿Por qué estás en constante duda de Mis gracias y dirección? ¿Por qué tienes que dudar tanto de Mí?
Mi Señor, no dudo de Ti. Dudo de Mi misma. No confío en Mí misma para entenderte de manera suficientemente perfecta como para hablar en Tu Bendito Nombre y en algo de tanta importancia. Mi Señor, he mirado e investigado y, a pesar de lo que siento dentro de Mi corazón, cada flecha, cada guía mundana ha afirmado con autoridad que estas vacunas son buenas. Que son seguras y necesarias. Por favor, Mi Señor, soy tu muy tonta hija. Te ruego que me des discernimiento en esto. Sea Tu Voluntad y nunca la mía extraviada.
Buscas sabiduría, Hija, y la he puesto toda a tu alrededor. En Mi Cruz y en Mi Santa Palabra, en Mis Divinas acciones y en Mi agravado Amor por la humanidad. ¿Hablo desde la lógica o desde un llamado tierno y amoroso de Mi Corazón al tuyo? ¿Acaso no te guío con suavidad, en verdad y no argumentativamente?
Pero soy tan terca, voluntariosa y orgullosa. ¿Admitiría Mi fracaso? ¿De estar equivocada?
Hijo de Mi Luz, no dudes que eres Amada y querida. No te desvío, a pesar de tu orgullo, terquedad y frenesí. Tu eres Mi Hija Buena y Yo te he elegido para esta tarea, y no debes dejarte llevar por este Mundo. Será tu perdición si te vuelves mundana de nuevo. Debes rezar para mantener a raya tu orgullo y tu obstinación.
Cuando oras, estás en perfecta comunión con tu Señor Dios y Yo te escucho con Mi Cabeza inclinada para escucharte. Incluso Mis Amados Ángeles hacen una pausa ante tus oraciones, en caso de que pueda ordenarles que vuelen en tu ayuda. Te encomiendo esta tarea y otras más sabiendo que tu pequeño Corazón es infantil y encantador en tu Amor por Mí.
Por lo tanto, te digo, deja de afligirse. Te guío correctamente en esto, como en todas las cosas. ¿Quién eres tú para tener miedo cuando he dicho: No temas? ¡Cómo puedes dudar de tu Padre Amoroso, Hija! Hoy pondré Mi Paz sobre tu Corazón, para que sepas que lo que he dicho es verdad. Para que puedas proclamar Mis amables advertencias con convicción y sin miedo ni preocupación. Tú eres Mi Hija, como cada uno de aquellos a quienes les predicas también son Mis Hijos, y cada uno de ustedes son preciosos y un deleite para Mí.
Cuando te llamo es porque es Mi Voluntad. Te digo que debes permanecer en estado de gracia. Si sigues lo que te he pedido, ¿por qué tienes miedo? Si te llamo desde Mi trono celestial, ¿deberías desesperarte o celebrar?
¿Ves, Hija Mía? Anima a Mis Amados Hijos a permanecer en estado de gracia. Si son llamados, tienen una hermosa razón para regocijarse. Si confían en las manos del Hombre, el Hombre que se ha vuelto tan arrogante, engañoso y pecador en su ansia de poder, estima, riqueza y estatus, la mugre y la suciedad en esas manos, entonces mancharán las suyas.
Mis Hijos están tan perdidos y es el pecado lo que os ciega. Cuando vivís en la oscuridad, no podéis ver la realidad del pecado y el asalto que ocasiona a vuestros Almas. Cuando elegís vivir en la Luz de Mi Amor, todas las cosas son claras porque veis lo que es bueno y lo que es perjudicial para vuestras Preciosas Almas. Recordad, Hijos Míos, que con la totalidad de Mi Gran (ENORME) Amor por vosotros, quiero que vuestras Almas estén a salvo del daño que las tinieblas ejercen, y conmigo en la Eternidad, acompañadas de ángeles hasta Mi mismo trono, para que podáis ver el Amor puro y completo, y que pueda concederos con toda claridad todo el alcance de Mi Amor por vosotros.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, esta enfermedad, fabricada por el Hombre y desatada sobre este Mundo, no es más que una liebre. Las que sigan serán como jabalíes en su violencia y consecuencias. Muchos sufrirán y muchos más morirán. Es el fruto de las consecuencias de la pecaminosidad del hombre. Aferraos a Mí. Adheríos a Mi Sagrado Corazón y Yo aliviaré vuestros miedos.
Hijos Míos, estas cosas deben suceder para salvar muchas Almas Preciosas. Es un futuro infeliz y difícil el que enfrentáis, pero mantened en el primer plano de vuestros corazones y mentes el gozo y la gracia de que estos tiempos difíciles salvarán Almas. Tomad estos días difíciles y desordenados como un regalo. Un regalo que salvará a vuestros hijos, a vuestras madres y padres, a vuestras hermanas y hermanos, a vuestros vecinos y amigos y a aquellos de quienes estáis alejados. Le está proporcionando al Hombre otra oportunidad de elegir el Amor y no el pecado.
Hijos, muchos despertarán de sus lechos de muerte. A muchos se les restaurará la vista y el oído para que Mi Palabra resuene en sus Corazones. El sufrimiento resultará en gozo y redención, Mis Amores.
Por eso, Yo os digo, no temáis. No temáis lo que venga y si os encontráis en medio de desastres y tragedias, compartid vuestro sufrimiento con los Míos. De esta manera, Vosotros también proporcionáis reparación por los grandes pecados del hombre.
Hijos Míos, tal tormenta es necesaria, aunque vuestras oraciones salvan a algunos de la destrucción y a otros de la perdición. Algunos son salvados por el toque de las tragedias y otros no. Sabed que vuestras oraciones mitigarán la devastación de la tormenta que se avecina.
Sabiendo el gran valor que le doy a vuestras oraciones por la humanidad, regocijaos. Alegraos y no temáis. ¿Cómo podéis saber si enfrentaréis esta tormenta? Tengo lástima de tantos de Mis Hijos que los llamo antes de que deban presenciar la violencia y destrucción de esta tormenta. Vosotros no sabéis cuando os llamaré, así que ¿por qué os preocupáis, Amados Míos?
Confiad en vuestro Padre Amoroso y Señor Dios. Confiad en Mí y vivid como niños que dependen completamente de sus padres en busca de Amor, comida, seguridad y refugio. Miradme en todas las cosas, porque Soy el Padre perfecto y Amo a cada uno de Mis Hijos, más allá de vuestra capacidad y conocimiento del Amor.
Hija, he respondido. No necesitas buscar confirmaciones en este Mundo que te rodea. Serás ridiculizada y acosada. Se te llamará equivocada, disidente y advenediza. No temas, porque Yo estoy contigo y protejo a Mis Hijos, cuyos Corazones me entregan.
Amados, no esperéis más, manteneos en un estado de Bendita Gracia ante Mis Divinos Ojos.
Paz, Mis Amados. Paz.
Miércoles 3 de febrero de 2021 3:25 - 4:09 pm
Tú dices: “confesaos y orad”, Mi Señor.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, os pido que aumentéis vuestras oraciones por Mis Amados Siervos y ofreced reparación por aquellos que cometen actos sacrílegos y por aquellos que son tibios en su trabajo por Mí. Mis Preciosos Siervos son Mis Amados Discípulos, que llaman y guían a todas las Almas hacia Mí. Oh, Hijos Míos del Amor Recto, orad y cumplid Mis deseos de que aprovechéis ahora el Sacramento de la Reconciliación [confesión]. Sí, reconciliaos conmigo para que vengáis espiritualmente limpios para participar de Mi Cuerpo y Sangre. Hijos, cuando lo hacéis, los ángeles están atónitos [asombrados] por vuestra belleza cuando os acercáis a Mi Altar. Tales son las bendiciones de la reconciliación. La gracia y la misericordia abundan para vosotros y vuestro Amado Jesús se regocija en vuestra unión con Él.
Oh Mis Hijos de Mi Divino Corazón, rodeaos de aquellos que Me conocen y Me aman, a vuestro Señor Jesucristo. Orad juntos y compartid vuestras fortalezas espirituales. Uniones de esta naturaleza os mantienen apegados a Mi Buena Palabra.
Oh Mis Hijos, orad. Orad y no ceséis. Los pecados del Hombre son tan pútridos, Mi Corazón está estrujado por vuestros pecados. Os envío tantos fuegos de Amor para que los atrapéis y correspondáis, pero no hay Hijos que Me amen y correspondan a Mi Amor.
Hijos de Mi Preciosa Sangre, el Hombre Me deja tan solo por su falta de atención y su fe tibia. Escucho oraciones que se recitan sin sentir. Entro en Mis Hijos deseando que Mis Amados sientan las Eternas y GRANDES bendiciones de la Eucaristía, pero muy pocos de vosotros reconocéis Mi Divinidad. Oh Hijos, orad y dadme vuestros Corazones. ¿No veis el peligro de andar errantes y apartados de Mí? ¿No sentís los gruñidos de la Tierra y la vehemencia de las aguas? Observad lo que os rodea, Mis Amados. ¿Me traicionaréis por este Mundo? Hijos, orad y dejad todo lo mundano. Yo soy el Señor Dios, Jesucristo, y proveeré para Mis Hijos que confían en Mí con la totalidad de sus Corazones y Almas.
Amados Hijos, renunciad a lo que es temporal. Lo temporal no os salva y no os da la Misericordia, el Amor y las gracias que os concedo diariamente. En Mi Gran Amor por vosotros, lloro porque estamos separados. Me siento solo y necesito atención. Hijos, atendedme, y en todas las cosas, llevadme en primer plano en cada decisión, deseo, acción, pensamiento y palabra. Hacer esto fusiona Mi Corazón con el vuestro, porque vuestro Corazón Me ha dado la bienvenida en él. Hijos, debéis orad constantemente. No ceséis en vuestras oraciones. Vosotros sabéis ahora que estáis experimentando los dolores de parto de los resultados y las consecuencias de vuestras apostasías masivas. Sí, Mis Hijos habéis negado lo que viene, porque preferís la negación a la realidad. Pero la tormenta viene y debe llegar. Debéis ser purificados de vuestro amor por el pecado. Quiero que cada uno de vosotros estéis conmigo, fuera del tiempo en la infinitud de la Eternidad.
Amados, haceos vosotros mismos regalos para vuestro Amado Señor Jesús. Traedme almas con vuestras oraciones de misericordia y compasión. Hijos, sí, lo que vendrá será tormento, confusión, desolación y dolor. En todo eso, deseo que reconozcáis Mi Amor por vosotros en todo esto y permanezcáis siempre leales y confiados en vuestro Amado Jesús. El hombre inexperto lo pasará mal, pero más aún el que no reza. Conocedme, Hijos Míos. Las cosas que vienen no son como el diluvio. Son mucho más duras. Y sabiendo esto, confiad en Mí. Si veis que los océanos se apoderan de tierras enteras, no temáis, confiad en Mí. Si os enfrentáis al fuego, no temáis, confiad en Mí. Si el enemigo os captura y quiere veros colgados, no temáis, confiad en Mí. ¿No comprendéis el grado de confianza que se os está pidiendo que ofrezcáis? Es confianza y fe absoluta y total en vuestro Señor Dios, a quien pretendéis Amar. Mostradme, Hijos Míos.
Mostradme vuestro Amor por Mí, orando y buscándome en todas las cosas. Juntos, intercambiaremos unidos un gran Amor y todos vuestros miedos se disiparán. Yo soy vuestro Dios Amoroso. Lloro sabiendo lo que pronto sufriréis. No será evitado. Orad, Hijos Míos, por vuestra mitigación. En Mi Amor por vosotros, os doy todos los medios por los cuales podáis regresar a la Luz del Amor. Hago todo lo que puedo para traeros a Mí. Hago todo lo posible para captar vuestra atención y mantenerla. Hijos Míos, lo único que no haré es forzar vuestra voluntad. Debéis enamoraros de Mí por vuestra propia voluntad. Debéis anhelarme y amarme hasta los extremos más recónditos de vuestros Corazones y Almas. El Amor no puede ser forzado. Soy un Señor discreto y no fuerzo vuestra voluntad a la Mía. Sin embargo, Amados Hijos, anhelo mucho que viváis en Mi Bendita y Divina Voluntad, porque, cuando nos fusionamos de tal manera, vosotros estáis en perfecta armonía con la Divinidad. Los males que este Mundo quiere que sufráis son agridulces para vosotros. La aceptación de Mi Voluntad no os libra del dolor o la tragedia. Os doy la paz y la paciencia para soportar la persecución a través de Mi Divina Voluntad. Y cuando aceptáis, en verdad abrazáis Mi Voluntad como vuestra, las reparaciones, vuestro abandono de vosotros mismos y con fe, Me alivian tanto que muchos pecados son perdonados. Tal alegría Me da vuestro deseo de Mi Voluntad.
Amados Hijos de Mi Corazón, os digo de nuevo, orad. Orad en cada momento de cada día. No recéis vuestras oraciones de memoria, con Corazones inconscientes o desdeñosos. Orad y habladme con vuestros corazones. No os distraigáis con este Mundo, sino asistid a Mis Ojos llorosos y Pobre Corazón. Vuestras oraciones fieles y amorosas son un bálsamo para Mis Sagradas Llagas. Hijos Míos, no os abandono. Siempre estoy con vosotros. No os apartéis de Mí. Y cuando lo hagáis, llamadme una sola vez e inmediatamente vuelo a vuestro lado y os abrazo tan cerca de Mi Corazón como los Míos.
Queridos Hijos, os digo esto no para asustaros sino para prepararos para lo que viene. Se levantarán tierras. La Tierra cultivará desastre tras desastre. Los terremotos, los sumideros y las inundaciones destruirán ciudades. Las naciones cambiarán de manos y los ciudadanos serán llevados de un lado a otro como esclavos. No con grilletes sino con esposas espirituales. Mi cuerpo y sangre no estarán disponibles. La comida escaseará y las personas que alguna vez fueron civilizadas se volverán contra sus amigos, familiares y vecinos. El dinero no tendrá poder y ese poder que existirá estará en manos de unos pocos, y esos pocos son precursores del maligno, Mi antítesis.
Os digo a todos estas cosas terribles, no para asustaros, sino para que estéis preparados. Vuestra preparación reside en la oración, la devoción, el Rosario y en vuestra plena confianza en Mí. Amados Hijos, no arrojo Mis Corderos a los Lobos. Estoy con vosotros siempre. Ponedme en el primer plano de vuestras vidas y ved cuán alegre y agridulce será la vida. Llevad Mi Paz a vuestro Corazón. Sabed que presiono Mi Corazón contra el vuestro, y Yo sé cuándo el vuestro se acelera de miedo. Entonces Mi Corazón se instalará en el vuestro,
Mi Paz. Paz, Mis Amados.
Tú dices: “confesaos y orad”, Mi Señor.
Hijos de Mi Sagrado Corazón, os pido que aumentéis vuestras oraciones por Mis Amados Siervos y ofreced reparación por aquellos que cometen actos sacrílegos y por aquellos que son tibios en su trabajo por Mí. Mis Preciosos Siervos son Mis Amados Discípulos, que llaman y guían a todas las Almas hacia Mí. Oh, Hijos Míos del Amor Recto, orad y cumplid Mis deseos de que aprovechéis ahora el Sacramento de la Reconciliación [confesión]. Sí, reconciliaos conmigo para que vengáis espiritualmente limpios para participar de Mi Cuerpo y Sangre. Hijos, cuando lo hacéis, los ángeles están atónitos [asombrados] por vuestra belleza cuando os acercáis a Mi Altar. Tales son las bendiciones de la reconciliación. La gracia y la misericordia abundan para vosotros y vuestro Amado Jesús se regocija en vuestra unión con Él.
Oh Mis Hijos de Mi Divino Corazón, rodeaos de aquellos que Me conocen y Me aman, a vuestro Señor Jesucristo. Orad juntos y compartid vuestras fortalezas espirituales. Uniones de esta naturaleza os mantienen apegados a Mi Buena Palabra.
Oh Mis Hijos, orad. Orad y no ceséis. Los pecados del Hombre son tan pútridos, Mi Corazón está estrujado por vuestros pecados. Os envío tantos fuegos de Amor para que los atrapéis y correspondáis, pero no hay Hijos que Me amen y correspondan a Mi Amor.
Hijos de Mi Preciosa Sangre, el Hombre Me deja tan solo por su falta de atención y su fe tibia. Escucho oraciones que se recitan sin sentir. Entro en Mis Hijos deseando que Mis Amados sientan las Eternas y GRANDES bendiciones de la Eucaristía, pero muy pocos de vosotros reconocéis Mi Divinidad. Oh Hijos, orad y dadme vuestros Corazones. ¿No veis el peligro de andar errantes y apartados de Mí? ¿No sentís los gruñidos de la Tierra y la vehemencia de las aguas? Observad lo que os rodea, Mis Amados. ¿Me traicionaréis por este Mundo? Hijos, orad y dejad todo lo mundano. Yo soy el Señor Dios, Jesucristo, y proveeré para Mis Hijos que confían en Mí con la totalidad de sus Corazones y Almas.
Amados Hijos, renunciad a lo que es temporal. Lo temporal no os salva y no os da la Misericordia, el Amor y las gracias que os concedo diariamente. En Mi Gran Amor por vosotros, lloro porque estamos separados. Me siento solo y necesito atención. Hijos, atendedme, y en todas las cosas, llevadme en primer plano en cada decisión, deseo, acción, pensamiento y palabra. Hacer esto fusiona Mi Corazón con el vuestro, porque vuestro Corazón Me ha dado la bienvenida en él. Hijos, debéis orad constantemente. No ceséis en vuestras oraciones. Vosotros sabéis ahora que estáis experimentando los dolores de parto de los resultados y las consecuencias de vuestras apostasías masivas. Sí, Mis Hijos habéis negado lo que viene, porque preferís la negación a la realidad. Pero la tormenta viene y debe llegar. Debéis ser purificados de vuestro amor por el pecado. Quiero que cada uno de vosotros estéis conmigo, fuera del tiempo en la infinitud de la Eternidad.
Amados, haceos vosotros mismos regalos para vuestro Amado Señor Jesús. Traedme almas con vuestras oraciones de misericordia y compasión. Hijos, sí, lo que vendrá será tormento, confusión, desolación y dolor. En todo eso, deseo que reconozcáis Mi Amor por vosotros en todo esto y permanezcáis siempre leales y confiados en vuestro Amado Jesús. El hombre inexperto lo pasará mal, pero más aún el que no reza. Conocedme, Hijos Míos. Las cosas que vienen no son como el diluvio. Son mucho más duras. Y sabiendo esto, confiad en Mí. Si veis que los océanos se apoderan de tierras enteras, no temáis, confiad en Mí. Si os enfrentáis al fuego, no temáis, confiad en Mí. Si el enemigo os captura y quiere veros colgados, no temáis, confiad en Mí. ¿No comprendéis el grado de confianza que se os está pidiendo que ofrezcáis? Es confianza y fe absoluta y total en vuestro Señor Dios, a quien pretendéis Amar. Mostradme, Hijos Míos.
Mostradme vuestro Amor por Mí, orando y buscándome en todas las cosas. Juntos, intercambiaremos unidos un gran Amor y todos vuestros miedos se disiparán. Yo soy vuestro Dios Amoroso. Lloro sabiendo lo que pronto sufriréis. No será evitado. Orad, Hijos Míos, por vuestra mitigación. En Mi Amor por vosotros, os doy todos los medios por los cuales podáis regresar a la Luz del Amor. Hago todo lo que puedo para traeros a Mí. Hago todo lo posible para captar vuestra atención y mantenerla. Hijos Míos, lo único que no haré es forzar vuestra voluntad. Debéis enamoraros de Mí por vuestra propia voluntad. Debéis anhelarme y amarme hasta los extremos más recónditos de vuestros Corazones y Almas. El Amor no puede ser forzado. Soy un Señor discreto y no fuerzo vuestra voluntad a la Mía. Sin embargo, Amados Hijos, anhelo mucho que viváis en Mi Bendita y Divina Voluntad, porque, cuando nos fusionamos de tal manera, vosotros estáis en perfecta armonía con la Divinidad. Los males que este Mundo quiere que sufráis son agridulces para vosotros. La aceptación de Mi Voluntad no os libra del dolor o la tragedia. Os doy la paz y la paciencia para soportar la persecución a través de Mi Divina Voluntad. Y cuando aceptáis, en verdad abrazáis Mi Voluntad como vuestra, las reparaciones, vuestro abandono de vosotros mismos y con fe, Me alivian tanto que muchos pecados son perdonados. Tal alegría Me da vuestro deseo de Mi Voluntad.
Amados Hijos de Mi Corazón, os digo de nuevo, orad. Orad en cada momento de cada día. No recéis vuestras oraciones de memoria, con Corazones inconscientes o desdeñosos. Orad y habladme con vuestros corazones. No os distraigáis con este Mundo, sino asistid a Mis Ojos llorosos y Pobre Corazón. Vuestras oraciones fieles y amorosas son un bálsamo para Mis Sagradas Llagas. Hijos Míos, no os abandono. Siempre estoy con vosotros. No os apartéis de Mí. Y cuando lo hagáis, llamadme una sola vez e inmediatamente vuelo a vuestro lado y os abrazo tan cerca de Mi Corazón como los Míos.
Queridos Hijos, os digo esto no para asustaros sino para prepararos para lo que viene. Se levantarán tierras. La Tierra cultivará desastre tras desastre. Los terremotos, los sumideros y las inundaciones destruirán ciudades. Las naciones cambiarán de manos y los ciudadanos serán llevados de un lado a otro como esclavos. No con grilletes sino con esposas espirituales. Mi cuerpo y sangre no estarán disponibles. La comida escaseará y las personas que alguna vez fueron civilizadas se volverán contra sus amigos, familiares y vecinos. El dinero no tendrá poder y ese poder que existirá estará en manos de unos pocos, y esos pocos son precursores del maligno, Mi antítesis.
Os digo a todos estas cosas terribles, no para asustaros, sino para que estéis preparados. Vuestra preparación reside en la oración, la devoción, el Rosario y en vuestra plena confianza en Mí. Amados Hijos, no arrojo Mis Corderos a los Lobos. Estoy con vosotros siempre. Ponedme en el primer plano de vuestras vidas y ved cuán alegre y agridulce será la vida. Llevad Mi Paz a vuestro Corazón. Sabed que presiono Mi Corazón contra el vuestro, y Yo sé cuándo el vuestro se acelera de miedo. Entonces Mi Corazón se instalará en el vuestro,
Mi Paz. Paz, Mis Amados.